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No me sorprendo cuando el tablero de posiciones revela los nombres de los mejores nadadores de estilo libre del Japan Swimming Grand Prix: yo lidero los 200 y 100 metros. Rin e Ikuya compitieron contra mí en los 100 metros, Rin quedó de segundo. Eso me complace porque significa que nadaremos juntos en el equipo nacional.

Esta selección es la más importante de nuestra profesión incipiente, solo 2 nadadores de cada estilo y evento ingresan al equipo, para representar al país en competencias internacionales. Fueron meses de competencias reñidas, pero lo logré.

Como era de esperarse, el primero en tocar la victoria fue Rin, las carreras de estilo mariposa fueron de las primeras y encabezó el tablero de los 100 metros. Nunca dudé de su capacidad, por él nado con la mirada puesta en el futuro; es mi rival y colega, ahora.

Me apresuro para volver a la piscina, está por comenzar la final de los 100 metros estilo braza: el evento estelar de Ikuya. Solo él falta por nadar, Asahi y Hiyori lo consiguieron en los 200 metros mariposa y estilo dorso, respetivamente.

Entre el público encuentro a mi gente, ninguno se ausentó hoy. Rin, Makoto, Nagisa, Rei, Gou, Asahi, Kisumi, Sosuke, Natsuya, Nao, Seijuro, Isuzu, Aiichiro Nitori, Momotaro Mikoshiba y Hanamura Chigusa me reciben con felicitaciones.

La carrera inicia e Ikuya atraviesa el agua a máxima velocidad, lo que se requiere en distancias cortas. Rin no le desprende la mirada, su atención es exclusiva para él. Clama su nombre una y otra vez, eso anima al grupo y nuestras porras aumentan.

Ikuya gana la segunda posición y la multitud estalla en vítores y aplausos.

Aquí empieza un nuevo capítulo para cada uno, y deseo andar sin pendientes. Así que, mientras Nagisa y Rei entretienen a Rin, voy a los vestidores para conversar con Ikuya.

Lo encuentro al fondo de la habitación. Aguardo a que termine de vestirse para acercarme, paso a paso. Me siento a su lado, él se sobresalta cuando se percata de mi presencia. Tiene el rostro inflamado por llorar.

—¡Ay! H–hola —se limpia las mejillas.

—¿Estás bien?

—Sí, solo es la felicidad que me desborda.

—Felicidades. Oye, seremos compañeros de equipo, de nuevo —le recuerdo.

—¡Por supuesto! —se acerca más a mí, como para que nadie nos escuche—. Haru, te agradezco por haberme enseñado a confiar en mi fuerza, de verdad: eres mi héroe.

Me mentalicé para esta conversación, nunca he sido de las personas que expresan su sentir en voz alta, no obstante, debo abrir mi corazón ahora y aceptar los sentimientos de los demás, y compartirles los míos.

—De nada —sonrío—. Sabes, tú me has inspirado y ya quiero nadar contigo mañana.

—¡Haru! —solloza. Se abalanza sobre mí y me rodea en un abrazo efusivo—. Yo también lo ansío. Juntos alcanzaremos la gloria, Hiyori, Asahi, Rin, tú y yo.

Mi mente se llena de recuerdos de los momentos maravillosos que viví con mis amigos, esos recuerdos me alientan a moverme. Por ellos soy fuerte para nadar con quien sea.

—Mientras caminemos de la mano no desfalleceremos —nos prometo.

—Rin no lo permitiría —ríe, pero de inmediato se calla y recompone—. Digo, Matsuoka–san cuida por el trabajo en equipo, no abandonáremos a nadie.

El rubor en su rostro se potencializa y suspira. Gracias a que mencionó a Rin puedo ahondar en el tema con tranquilidad.

—Perdón, olvidé presentártelo —me disculpo por compromiso—. Rin Matsuoka es mi amigo de la adolescencia. En la natación, es mi mayor rival. Le debo demasiado que no sabría cómo explicarlo, mas te lo resumo en una oración: yo nado libre para el equipo.

—Descuida, Natsuya nos presentó —responde, algo nervioso—. Una tarde me dijo que fuéramos al centro comercial y terminamos en el aeropuerto. Le dimos la bienvenida a Matsuoka–san. Natsuya me explicó que esa misma tarde supo de su retorno e improvisó.

—Ojalá que no te haya molestado.

—No, apenas si nos saludamos —comienza a carcajearse, ¿de qué me perdí?—. Hasta que publicaron el listado de competidores para la selección y descubrí que seríamos rivales.

—¿Eso cambió su dinámica? —mi curiosidad es genuina.

—Coincidimos en algunas reuniones y una noche tuvimos un altercado... —vuelve a suspirar—. Yo estaba estresado y mis tiempos empeoraron, él se dio cuenta e intervino.

—Me disculpo si te incomodó, a veces él se precipita.

—Fue lo que necesitaba, me hizo cambiar de enfoque y apreciar mis récords. Me dio equilibrio. Se convirtió en uno de mis héroes —dice con absoluta gratitud y admiración, Rin le brinda un brillo especial a sus ojos—. Perdón, ¿qué ibas a contarme?

—En el siguiente nivel, en ocasiones seremos rivales, pero Rin me enseñó que eso no es malo. Al contrario, nos servirá para perfeccionarnos y unirnos más —yo creo en eso.

—Disculpa la pregunta... —se esfuerza para mirarme—. ¿Te molesta compartir el futuro de ustedes con nosotros, Hiyori, Asahi y yo?

—No, nos gusta avanzar en comunidad —no titubeo—. Ya sabes lo que predica Rin.

—Sí, es fenomenal. Me gustaría haberlo conocido antes en persona y no mediante historias difusas de terceros —admite—. No me imagino sin él —murmura.

—Es una de mis personas favoritas. Por favor, atesóralo con tu corazón.

—¿H-haru...?

Me limito a asentir, es mi manera de informarle que sé la verdad y no me debe nada.

—Cuenta conmigo —me asegura, su semblante es esperanzador y agradecido

—No te aferres al ayer y tampoco te obsesiones con el mañana: sigue tus convicciones y disfruta el presente.

—Muchas gracias, Haru —se despide con breve abrazo.

—Buena suerte —le regalo una sonrisa amorosa.

Ikuya se marcha corriendo hacia su futuro. Sé que estará bien.

Sentimientos paralelos | RinIku [Rin x Ikuya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora