Lealtad // [danyxarya]

Capitulo 12

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Ella fue conocida sólo como'Lobo', después de que la Reina se refiriera a ella como tal una vez en la corte. Vistiendo como un Ranger Targaryen, el desconocido era visto por toda la Fortaleza, siempre cerca de la Reina. Se apoyaba en un pilar en las sombras, con los brazos cruzados, mirando como Daenerys intervenía para resolver pequeñas y nobles disputas y quejas desde el Trono de Hierro. Cuando la Reina se reunió con sus generales para recibir noticias de las fortalezas reales esparcidas por todo el continente, su sombra estaba allí con ella, siempre al alcance de la mano. Se distribuyeron las tierras, se negociaron los permisos, se administraron las sanciones y se negociaron los oficios, todo ello bajo la atenta mirada de una sombra con ojos de acero.

Ella nunca dijo una palabra. Como había aprendido hace meses como Cade, no había necesidad detodos modos los chismes siempre hablaran por ti. Algunos decían que era una ejecutora del Banco de Hierro, manteniendo amablemente cautiva a la Reina hasta que se pagasen las deudas cargadas al Trono por sus pasados monarcas. Otros decían que era una bastarda medio-targaryen que la Reina había traído desde el otro lado del mar como mentora, en caso de su propia muerte prematura antes de que pudiera producir un heredero. Algunos decidieron que su silencio indicaba que era una Dragonspeaker, uno de los pocos miembros vivos de una tribu perdida escondida bajo las ruinas de la Vieja Valyria, que venía a traducir la voluntad de las bestias de fuego a su diminuta madre. También hubo murmullos muy guardados y silenciosos entre las más audaces de las señoras de alta alcurnia que decían que era la nueva amante de la Reina; que estaban enamoradas y que se habían casado en secreto para ocultar el escándalo lujurioso junto con su bajo nacimiento.

Era mejor que susurraran, a que supieran la verdad.

Si los murmullos, las miradas de reojo y una continua amenaza a su vida irritaban a Daenerys, ella era tan talentosa como un hombre sin rostro cuando se trataba de esconderla a los demás. Solo el Lobo podía ver los sutiles signos de estrés que se extendían en la Reina Dragón - un pequeño surco en su frente un poco más temprano en el día, una pequeña arruga en el rabillo de su ojo que se ensanchaba, una ligera inclinación de sus hombros mientras se sentaba en la mesa de la reunión del consejo. Mientras los concejales comenzaban a salir de la sala al finalizar la última reunión, Arya llevó a Missandei aparte.

"Missandei", dijo en voz baja, sin que nadie la escuchara. "Me preocupa la tensión a la que está sometida la Reina. Sé que puedes verlo tan bien como yo."

Missandei asintió de acuerdo, manteniendo su voz en silencio. "Lo está soportando bien, considerando todas las cosas. La Reina es fuerte." Se detuvo antes de continuar, "pero sí, le esta cobrando un precio."

"¿Hay algo que requiera su presencia aquí por el resto del día, o podría reemplazarla Tyrion?"

"Estoy seguro de que podría, pero ¿por qué lo preguntas?"

"Tengo una idea. Pero necesitaré tu ayuda".

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"Alteza", Missandei hizo una pequeña reverencia. "Por favor, necesito que me acompañe, ahora mismo." Cogió la mano de Daenery y empezó a guiarla a través de la Fortaleza.

"Missandei, ¿qué ha pasado?" Daenerys miró a su alrededor, sintiendo un borde de pánico cuando no vio al asesino en ninguna parte. "¿Han venido, entonces? ¿Dónde está Arya?"

"Arya y Nymeria están a salvo, Su Gracia," respondió Missandei crípticamente. "Vamos hacia ellos ahora."

Daenerys dejó escapar una profunda respiración, siguiendo a su amiga. "Tienes que decirme qué está pasando, Missandei. ¿Alguien ha resultado herido?"