Capítulo 2.

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Podía sentir su espalda y parte de su cabeza ser aplastado y un brazo bajo su abdomen, en una posición que ahora que estaba consciente no le parecía la más cómoda, pero que al parecer mientras dormía sí lo fue, porque al menos en aquellos lugares que estaban en contacto con "otro" cuerpo se sentían tan cálidos que hacían que quisiera continuar durmiendo.

Al abrir los ojos notó como su habitación ahora se encontraba clara, la tenue luz de las velas desapareció en la madrugada y ahora era reemplazada por el sol que entraba por las ventanas.

Suspiró al recordar lo sucedido la noche anterior, las manos del general Choi recorriendo su cuerpo, sus labios besándolo, y un ligero rubor apareció en sus mejillas, haciendo que se moviera un poco y sintiendo como el brazo que había estado bajo su abdomen lo apretaba contra el cuerpo que se mantenía sobre él.

Un gemido bajito escapó de sus labios cuando su esposo se acercó más a él, sintiendo como algo duro se rozaba entre su cadera y que sólo hicieron que imágenes de la noche anterior se volvieran más vivas, y que su propio cuerpo comenzara a reaccionar.

Ciertamente no le importó si despertaba al general, sino que giró un poco su cadera, sintiendo como la erección de su esposo rozaba con sus glúteos y él mismo se encontró gimiendo bajito porque la sensación le gustaba, era como si no quisiera detenerse luego de conocer que habían placeres más allá de los pasatiempos, y que lo involucraban a él y a un hombre que casi era un total desconocido.

—No debiste hacer eso, alteza —le fue susurrado al oído.

La mano que estaba bajo su abdomen dejó de estar ahí, y fue colocada sobre su cadera, casi impidiéndole moverse pero cuando sintió a su esposo continuar con lo que él hacía, escuchándolo gemir en sus oídos y sus labios recorrer la parte lateral de su cuello que era a lo que mejor tenía acceso, así como también a sus hombros y ahora las manos parecían estar en cualquier parte de su cuerpo, haciendo que él disfrutara de eso.

Los dedos de Min Ho se abrieron paso entre los glúteos de su esposo mientras Taemin se deshacía en gemidos bajo él, buscando ese contacto que tanto sentía necesitar en ese momento, mientras los labios del general bajaban por su espalda.

Apretó las sábanas entre sus manos y gimió fuerte al sentir los dedos de su esposo estimulándolo y preparándolo para lo siguiente que vendría, mientras él parecía que lo único que podía hacer era gemir y mover su pelvis disfrutando del contacto y de sentir incluso su propia erección frotarse al contacto con la ropa de cama.

Casi se sintió como un muñeco en el momento que Min Ho sacó sus dedos de él y lo atrajo hacia atrás, sentándose y acomodándolo sobre su cuerpo, que parecía tan preparado en ese instante para recibirlo, buscando con sus manos sostenerse de algo al sentirlo como poco a poco iba entrando de él, que cerró sus ojos disfrutando incluso cuando su esposo empezó a dejar besos sobre sus hombros.

Sus respiraciones eran pesadas mientras Taemin continuaba sobre su pareja intentando acostumbrarse a él, y a pesar de que la noche anterior había sido su primera vez que estaba con alguien de manera sexual, había aprendido rápido que a pesar de que al principio podría parecer algo doloroso si no era preparado, también el placer que llegaba a encontrar.

Los pies de Taemin se hundieron en la cama cuando comenzó a moverse, mientras que las manos de Min Ho lo ayudaron y su pelvis también estaba moviéndose al encuentro de su esposo, llenando la alcoba de gemidos de la pareja.

Taemin abrió sus ojos, podía sentir las manos de Min Ho por todo su cuerpo, sus labios que no habían dejado de besarlo en ningún momento, y aunque ciertamente, estaba disfrutando, quería poder besarlo también, por lo que a pesar de no desear hacerlo, detuvo sus movimientos, escuchando un gruñido como protesta del general cuando se movió hacia adelante, haciendo que saliera de él, dándole una vista que Choi disfrutó, y las mejillas del príncipe se ruborizaron al girarse, gateando hasta quedar otra vez sobre él, pero ahora con sus rostros tan cerca.

Desenfrenada pasiónWhere stories live. Discover now