Capítulo 5.

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El rey esperó que Taemin se cansara de haberse arrodillado frente a él y se levantara para regresar a su alcoba o a cualquier parte del palacio que pidiera su atención, pero el príncipe no se había rendido tan fácilmente y llevaba horas postrado en el suelo esperando que él cambiara de opinión con respecto al nuevo matrimonio del general Choi.

Había dispuesto que Min Ho se hiciera cargo de la seguridad del príncipe Tae Yong, no sólo como una manera de que se conocieran más, sino también para mantenerlo alejado lo suficiente de Taemin, incluso le prohibió hasta que se casara con el otro doncel que visitara la alcoba de su hijo.

Todavía no era una noticia oficial, y no estaba seguro de en qué momento o de quién Taemin había escuchado lo del general tomando a un segundo esposo, y aunque para no ver a su hijo triste él hubiera querido decir que no era cierto, no podía hacerlo.

Cuando no soportó más tener enfrente a Taemin arrodillado esperando a que él cambiara de opinión y anulara su permiso para que el general tomara un segundo esposo, mandó a llamar a la doncella del príncipe para que lo llevara a sus aposentos, tarea que no pudo realizarse ya que el doncel se negaba a levantarse del suelo hasta que su padre cambiara de decisión.

—Príncipe, estás perdiendo tu tiempo —dijo intentando convencerlo.

—Majestad, se lo suplico...

—Príncipe, por favor —pidió Ji Eun —levántese, vuelva a su alcoba a descansar.

—Majestad...

El rey no soportaba ver más a su hijo en aquel estado, porque ya no sólo eran sus palabras pidiéndole que anulara su permiso/orden, para que Min Ho tomara un segundo esposo, sino que se habían incluido sus lágrimas. Se levantó de su silla y salió del salón principal, dando la disposición de que llamaran al general para que se encargara de llevar al príncipe hasta sus aposentos.

Porque en ese momento la única persona que podía hacer ceder a Taemin era él, o al menos esperaba que así fuera, porque él no quería volver a entrar en ese salón y encontrar al príncipe de rodillas suplicándole que cambiara sus mandatos.

***

Min Ho estaba sorprendido cuando el rey le ordenó ir a buscar a Lee Tae Yong para llevarlo al palacio, y jamás cuestionó sus mandatos o buen juicio como rey, sin embargo, al recibir la orden de tomar al otro príncipe como su esposo, quiso negarse, porque él ya estaba casado, y no necesitaba a nadie más en su vida.

El rey no debía de explicar la razón de sus decisiones, no a un simple soldado como él, pero quería exigir que le dijera la razón de que luego de pocos meses de que se hubiera casado con Taemin, ahora le ordenara que desposara a alguien más.

Si no le gustaba la idea de tener que cuidar del príncipe Tae Yong, mucho menos lo hizo el que le fuera prohibido ir a la alcoba de su esposo, y claro que fue algo que Taemin iba a notar cuando era visitado cada noche, y por eso, cuando lo tuvo en sus aposentos, reclamándole y exigiéndole saber la razón de que de un momento a otro dejó de visitarlo, le había dicho la verdad, no esperando a que su pareja le reclamara al rey, sino para que entendiera que no era su decisión no ir a él.

Había notado que Taemin no se intentó acercar a Tae Yong en ningún momento desde que llegó, así que para él fue sumamente extraño ver a dos donceles de la corte de su esposo aparecer frente a ahí, los que hicieron una reverencia antes de explicar la razón de buscarlo.

Min Ho intentó mantener la calma cuando se dirigió al salón principal, no porque no le importara el príncipe, sino que no creía que ya suficiente atención había sido atraído sobre él como para generar más.

Desenfrenada pasiónWhere stories live. Discover now