Capítulo 7

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Cuando recobró la consciencia, lo primero en percibir fue los murmullos que intentó encontrar con su mirada el lugar de dónde provenían, sin lograrlo, sin embargo su mirada recayó sobre Ji Eun, quien al notar que había despertado se acercó a la cama.

—Alteza —murmuró ella.

La doncella sirvió un poco de agua, acercándosela a Taemin para que bebiera, pero el príncipe negó con la cabeza, sin desear beber nada, y sintiendo como una vez más todo parecía estar dando vueltas.

Intentó recordar lo que había sucedido, y sus dedos instintivamente fueron a acariciar el brazalete que el general Choi le dio horas antes, y sus deseos de llorar regresaron, porque sabía que esa iba a ser la última vez que lo vería como su esposo, porque dudaba que el rey fuera a concederle un nuevo permiso.

—Alteza, ¿qué le pasa?, ¿le duele algo?, ¿quiere que llame al médico otra vez?

—Quiero a mi esposo conmigo —sollozó.

—Alteza...

Ji Eun se arrodilló a su lado, bajando su mirada porque el rey había sido claro al decir que el general Choi no podría visitar al príncipe sin su permiso, nadie podría hacerlo, y ella por ahora era la única doncella a cargo de velar por la salud del doncel.

—El rey ordenó que nadie podía visitarlo, a menos que continúe sintiéndose mal.

»El doctor dijo que debía descansar para que mejore.

—¿Para qué quiero mejorar si el rey me ha arrebatado lo único que deseo?

—Alteza...

—Quiero estar solo.

Taemin se giró sobre un costado, dándole la espalda Ji Eun.

—Sí, alteza.

Ji Eun salió de la alcoba de Taemin, dejando al príncipe una vez más llorando, como había sido el último tiempo y así ella quisiera hacer algo, sabía que no podía, y él único que podía terminar con el sufrimiento del príncipe era su propio padre, ¿es que al rey no le importaba que su propio hijo sufriera?

Si antes escapar junto a Min Ho parecía una locura, sabía que ahora sería peor, casi imposible porque estaba siendo vigilado más que antes.

Llevó una mano a su pierna en la que siempre llevaba la daga que su esposo le regaló para que se defendiera, levantando su túnica lo suficiente para poder tomarla y sin pensarlo demasiado comenzó a cortar sobre el brazalete en su mano izquierda, porque en lo único que podía pensar era que no quería casarse con otro hombre; había aceptado a Min Ho como su esposo y sería el único.

—¡Alteza!

Antes de que cortara su otra muñeca, su mano fue detenida forcejeando un poco con Ji Eun, que utilizó toda la fuerza que tuvo para quitarle la daga y lanzarla hasta el otro extremo, viendo el corte un poco profundo en la muñeca del príncipe, y su ropa manchada de sangre.

***

Estaba preocupado por Taemin porque no tenía ninguna noticia de él, sólo tuvo que verlo desvanecerse frente a sus ojos y como el guardia se lo llevaba, y no importó si él se esforzó por salir de la cama, no pudo atravesar las puertas ya que fue detenido por más guardias diciendo que era orden del rey que él permaneciera cautivo.

Min Ho sólo estaba pidiendo un poco de paz para su mente, al menos saber que su esposo estaba bien, y casi se había arrodillado frente a uno de los guardias que custodiaba su puerta pidiéndole de esa manera que fueran hasta los aposentos del príncipe para saber sobre su estado, y ahora él estaba desesperado y si pudiera caminar libremente parecería un león enjaulado mientras esperaba alguna noticia.

Desenfrenada pasiónWhere stories live. Discover now