Capitulo 8

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CAPITULO EDITADO

Erika

Una semana después...

Hace una semana que estoy en la casa del hermano de Musim y me tiene harta porque no me deja en paz parece un chicle, pero ha sido un buen secuestrador ósea me trata bien lo cual me parece muy raro.

Por otro lado, Musim y el Prez todavía no vienen por mí y creo que no lo hagan más, me siento una estúpida al quedarme callada con la petición que me hizo la señora Darla y también el Prez.

Ellos me querían adoptar como una hija, ellos querían que forme parte de su familia y yo como cobarde hui. Es mi culpa que esté en esta situación ¿Qué haré ahora? ¿Me estarán buscando Hanbal y Musim?

Escucho gritos de hombres y me pongo rápido mi zapato, salgo de la habitación, bajo las escaleras me encuentro con Musim peleando con su hermano y el Prez tratando de separarlos comienzo a caminar junto a ellos, pero mis pasos no lo escuchan.

Dios ¿Por qué los hombres siempre tienen que pelearse todo el tiempo?

— ¡BASTA! — grito fuerte y ellos se separan, Musim abre los ojos con asombro igual que el Prez, bajo la mirada con vergüenza, el prez se acerca a mí y me inspecciona de abajo para arriba para ver si no tengo ningún daño, el me abraza.

— Estoy bien — murmuro mientras bajo la cabeza porque quiero decirle papá, pero no me sale esa palabra desde hace tiempo, el levanta mi mentón con su mano y sonríe.

— No hace falta que bajes la mirada te daremos el tiempo que necesites, pero no nos daremos por vencidos para que seas nuestra hija — confiesa mirándome me quedo asombrada, pero me pongo triste porque necesito pensar en la propuesta de ellos dos.

— No puedo dar una respuesta todavía, es muy pronto — admito sollozando, el me abraza el cual con gusto acepto.

— Tranquila pequeña, lo entiendo — trata de consolarme mientras acaricia mi cabello, me aparto confundida.

— ¿Como sabían que estaba aquí? — pregunto.

— Darla, nos ayudó un poco — responde Musim acercándose a nosotros junto a su hermano todo golpeado.

— Dios mío, ven, te voy a curar tus heridas — digo con pena, mira a Musim con miedo y yo miro enojada a Musim.

— Tráeme el botiquín, Musim. No asustes al pobre — ordeno con un tono tranquilo, él se da la vuelta y se va maldiciendo entre dientes.

— ¿Por qué me ayudas? — cuestiona Donatelo, me quedo muda e ignorando su absurda pregunta, por mi lo dejaba tirado aquí, pero mi alma buena no deja de hacer caridad.

— Solo lo hago ¿quieres que te deje aquí tirado? — pregunto rodando los ojos y escucho que bufa, se mantiene callado hasta que Musim me trae el botiquín comienzo a limpiarle sus heridas que tiene en la cara.

— Levanta tu camisa — digo mientras comienzo a ponerle alcohol al algodón. Donatelo mira a Hanbal y Musim con temor y ruedo los ojos de nuevo.

— Ellos no te harán nada. Levanta tu camisa — hablo con un tono suave tratando de no irritarme tan rápido.

— No hace falta esa parte — apresuran a decir el Prez y Musim al mismo tiempo, ignoro palabras de los dos, espero que levante su camisa, tapo mi boca al mirar todos los moretones que tiene en su abdomen y la parte de su pecho, miro a Musim que está tenso igual que el Prez.

— ¿Quién te hizo esto? — pregunto mirándole, baja su mirada por la vergüenza, miro a Musim enojada porque golpeo a su propio hermano

Minutos más tarde...

Me levanto al terminar de curar toda su herida, me encamino hasta el lavado de la cocina para lavar bien mis manos cuando termino, me doy vuelta para dirigirme hacia el Prez.

— Quiero irme, por favor — digo al Prez ignorando completamente a Musim.

— Está bien — es lo único que dice.

— Espera, me voy a despedir de Donatelo- digo y el asiente con la cabeza.

— Espero volver a verte pronto, cuñada — dice para fastidiarme.

Ignoraré esas palabras de él.

— También lo espero — respondo, sonrío.

Tres días después...

Estoy siendo regañada por mi mejor amiga mientras secamos los vasos y ponemos en el estante, me arrepiento por haberle preocupado a ella. En cuanto a Hanbal y su esposa, nos estamos llevando mejor poco a poco pero no me siento segura todavía en decirle papa o mamá a los dos.

Pasaron tres días del secuestro y también sigo evitando a Musim por pegarle a su hermano de esa forma, me acordó de mi padre cuando me pegaba y eso me hace sentir mal por los recuerdos que atormentan mi cabeza.

— Erika — dice una voz conocida, me doy la vuelta y miro a Musim frente mío.

— Les dejo solos — dice mi amiga y asiento con la cabeza, aunque en mi interior suplico para que no me deje sola con él.

— Erika, yo no quiero que me evites más. Quiero hablar contigo por favor — suplica, le miro a los ojos.

— ¿De qué quieres hablar? — pregunto interesada mientras agarro un trapo y le entrego para que me ayude a secar, entra.

— Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento en la casa de mi hermano — dice mientras pone sus ojos en los vasos y yo le miro.

— ¿Tu comportamiento? — pregunto confundida.

— No debí haberle tratado así pero el enojo me cegó totalmente cuando me enteré que te tenía secuestrada en su casa. No quería que mi hermano te conociera porque no tengo buena relación con él ni con mi familia — explica dejándome asombrada por sus palabras. El silencio se hizo presente entre nosotros, pero fue un silencio cómodo hasta que el teléfono de Musim suena, el observa la pantalla luego levanta la vista para mirarme.

— Tengo que irme, es urgente — es lo único que dice antes de irse, pero antes me da un beso en la frente.

Horas después...

Estoy acostada en mi cama sin poder dormir solo me doy vueltas y vueltas, solo pienso en las palabras de Musim.

¿Por qué Musim no se lleva bien con su familia? ¿Qué habrá pasado para que sea así la relación entre ellos?

Musim(#2 Mc Angele's Kings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora