Capítulo 32

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(Este capítulo contiene un contenido un tanto fuerte, para que os hagáis el cuerpo)

Alba's POV:

Al ver a Natalia alejarse así me preocupé, Natalia es impulsiva y tenía miedo de lo que pudiera hacer o pasar con ella.

- ¿Qué pasa Alba? - me preguntó Noa al verme mirando preocupada hacia la dirección que había tomado la morena.

- Nada es solo que... - puso su mano en mi hombro.

- Estará bien, solo quiere que todo gire en torno a ella y si no es así se enfada, pero tranquila, se le pasará. - me dio una sonrisa para sacarme de allí.

Yo sabía que la que me gustaba era Natalia, pero podía gustarme también Noa, no era tan descabellado, no? Ahora tenía tiempo para estar con ella.

- Ya... todos conocemos a Nat, no? - dije para después reír falsamente.

Las dos bajamos al salón donde estaba casi todo el mundo, estuvimos hablando sentadas en el sofá sobre cosas bastante interesantes, pero mi mente se escapaba a pensar en Natalia ¿Dónde estaría? ¿Cómo? ¿Haciendo qué? ¿Con quien?

- Alba, Alba...? - la palma de la mano de Noa pasaba por delante de mi vista para captar mi atención.

- Perdón Noa, he... - ella siguió la frase.

- ¿Desconectado? - asentí con una sonrisa tímida y ella hizo lo mismo.

- Sí, algo así... - la noche siguió así y yo de mal en peor, hasta que María vino alarmada en mi busca.

Natalia POV:

Cuando salí por la ventana me sentí tan... pillada? No se, acababa de besar de nuevo a Alba Reche, estaba a punto de desvestirla, eso no se dice como cualquier cosa.

Pero aunque ahora me sintiera llena de felicidad sabía que no podía pillarme por Alba, no podía pillarme por alguien como ella, tiempo atrás conocí a alguien que me gustaba de la misma manera que la bajita rubia, era atenta y yo le importaba, pero de un día a otro me dejó tirada, nuestra relación se fue a la mierda, estuve ocho meses pensando en ella día y noche, sin sacarla de mi mente, recordando nuestro primer beso cada segundo y el último que me dio guardándolo como oro en paño, pero era estúpido, ella no iba a volver conmigo, para ella no era... suficiente? No se, solo sabía que ya no le hacía falta, yo no era necesaria para ella, nunca más, o quizás nunca lo había sido, pero desde el día que me di cuenta de ello decidí que esto no sería igual, yo no podía permitirme que fuera igual, porque no podía permitirme hacerme ese daño de nuevo.

Desde entonces soy quien soy ahora, una hija de puta, es algo que se, y me doy mucho asco por serlo, porque no disfruto haciendo daño a personas maravillosas, pero prefería hacerles daño a ellas antes que a mí.

Hasta que conocí a Alba, ella no era como las demás, tenía algo que me hacía sentir distinta, me hacía sentir mejor conmigo misma, parecía que ella sabía como era realmente, cómo me sentía, o quizás no, no se, pero ella era distinta, aún así no sabía que iba a hacer con respecto a ella.

Me dirigí a la puerta de la casa para entrar de nuevo, ya que el rato de reflexión que había tenido fuera había sido suficiente, toqué a la puerta y unos segundos más tarde una sonriente Africa abrió.

- Hola Natalia, no es por ser fisgona ni nada, pero... Qué hacías fuera? Es tu fiesta - después de esto se rio.

- He salido a tomar el aire, ya sabes, ver tanta gente en mi preciado salón... - me interrumpió.

- En el que te has tirado a tanta gente - dijo riendo mientras me señalaba con el dedo, yo reí al igual que ella - anda, pasa... - se puso de lado indicándome que pasase dentro.

Cuando llegué al interior recordé que había dejado a Alba con Noa en el baño, mierda. Subí las escaleras a toda prisa llegando al baño de arriba, me topé con la puerta y pensé si aporrearla o no, al final lo hice, de dentro se escuchó la voz de Alba.

- Reche, sea lo que sea que estés haciendo en mi baño sal ya de él - No grité, ya que no quería sonar alarmada y demasiado evidente, pero lo estaba, estaba alarmada de que Alba estuviera con Noa ahí dentro, estaba alarmada de que al sacarme por la ventana metiera dentro a Noa para hacer lo mismo que hizo conmigo segundos antes, a la vez tenía la Fe de que no había hecho nada con ella y estaba sola en el baño esperándome, pero cuando salió de este me demostró que no era así, su pintalabios estaba corrido, sus pelos alborotados y sus labios hinchados

- Natalia... - me miró intentando justificarse e intentando pedir disculpas, pero ya era tarde para eso.

- Fuera del baño Reche - miré a la que estaba detrás, que era la misma que se había encargado de dejar a Alba así - Noa, tú vas detrás. - me alejé de allí apretando los puños y la mandíbula aguantando mis lagrimas para que no salieran disparadas.

No miré hacia atrás, no quería verla, seguí mi camino hasta mi terraza, sentada en el bordillo de esta me encendí un cigarro, después del cigarro le siguió un porro, el cual me relajó, pero no podía quedarme así, estando relajada pensaba en ella, tenía que estar activa, bajé a la planta en la que se encontraba la cocina y cogí agua ardiente para comenzar a beber de esta, me bebí media botella y después tambaleándome llegué al salón y allí vi a Joan, me acerqué a él igual de torpe que antes, este me miró sonriente.

- ¿Pasa algo Lacunza? - yo asentí y el se acercó más a mí dejando lo que estaba haciendo.

- Tú... tienes... - rodé los ojos y el asintió dándome a entender que siguiera hablando - ya sabes... droga? - sonrío de lado.

- Tengo María... - negué.

- Quiero algo más fuerte, sino tienes da igual... - me dispuse a alejarme pero él me tomó la mano.

- ¿Qué me das si te consigo coca? - me encogí de hombros.

- ¿Qué quieres? - Joan se rio.

- Cuando te la dé lo hablamos... - yo asentí, él se dio la vuelta y se la pidió a un chaval - vamos a tu cuarto, para que nadie te vea... - asentí de nuevo y subí torpemente las escaleras.

Cuando llegamos a mi cuarto él cerró la puerta tras de si para acercarse a mí y tomar mi cara entre sus manos.

- Vamos al baño a que la pruebes... - yo le seguí al baño de mi habitación y él depositó los gramos de la sustancia en la tapa del retrete para sacarse una tarjeta y un billete del bolsillo, con la tarjeta separó en rayas la sustancia y el billete lo enrolló para dármelo - Ahí lo tienes, que aproveche Lacunza.

Cogí el billete y puse un extremo de este en mi nariz y el otro en la esquina de la raya para esnifarla, me levanté sonriente y Joan hizo lo mismo.

- Ya se lo que quiero... - dijo con una sonrisa cínica.

- ¿Qué quieres? - pregunté atenta a su propuesta.

- Quiero que me la chupes... - yo me alejé negando.

- Joan... no... - me caí al alejarme.

- Te he dado droga, me debes un favor, no crees? - el se bajo la cremallera y me tomó del pelo para acercarme a su miembro.

No tenía fuerzas para resistirme por lo que al segundo noté su polla en mi boca revolviéndose sin pudor alguno, me daban arcadas, pero él no paraba, no tenía intención de hacerlo.

Justo entonces oí la puerta.

¡¡¡¡Fin del capítulo!!!!

He de decir que me ha matado escribirlo, pero me habéis pillado inspirada, lo he escrito en 45 min.

Espero que os haya gustado y que le deis love al fic de Croana, como siempre gracias por el amor y por todo el apoyo y love que me dais, os amo.🖤

~soul🌙

New Age - albaliaWhere stories live. Discover now