S E I S ✔

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- ¡Si!- exclame en un susurro al ver que ambos bebés estaban durmiendo. Aproveché la ocasión y me entré a bañar.

Hace tres semanas que por fin los tuve y luego de tres días por la noche llegamos del hospital, podríamos habernos ido ya el primer día pero nos quedamos para que puedan ver a los niños ya que nacieron a las treinta y seis semanas y sobre todo a Aaron. Al parecer todo estaba en excelente estado y a pesar de su llegada más temprana ambos estaban listos para salir.

Ser madre era una cosa maravillosa, con ayuda de mi hermano, Emily y Thomas todo era más fácil. No me imagino mi vida sin ellos o sin mis hijos ahora que los tengo conmigo. Emily y Thomas se encargan de ellos cuando voy al baño o algo y Adam es una mago a la hora de hacerles dormir cuando yo no puedo.

Aaron y Julie me dan las fuerzas que estaba necesitando desde hace mucho tiempo, y ahora estoy planeando buscar alguna Universidad en dónde pueda estudiar sin dejar a mis pequeños. Porque Thomas trabaja desde la mañana hasta la noche y aunque Emily trabaja en casa no puedo dejarle a mis hijos, y no porque no confíe en ella o porque no la creo capaz. Es sólo que no me gustaría dejar a cargo a otras personas a mis hijos, mi responsabilidad.

- ¿Anne?¿Podrías bajar un momento a la cocina?- preguntó Thomas asomando su cabeza a la habitación.

- Claro.- dije y él y yo bajamos.- ¿Qué sucede?- pregunto al ver a Emily llorar y a Adam casi.- Me preocupan.

- Nos han llamado, Harold está bien a excepción de un golpe en su hombro y en camino, su avión va a aterrizar en dos horas.- dijo Emily.

Entro en una especie de shock y si no fuera porque Thomas me sujetó hubiese caído al piso. Me ayudó a sentarme en una silla y comencé a llorar. Me siento una idiota por llorar por todo lo que me sucede en estos últimos meses pero no puedo evitarlo.

No puedo expresar la felicidad que siento en estos momentos, saber que Harold está bien y viene para acá, es lo que necesitaba escuchar. No veo la hora de sentir sus brazos alrededor de mí y escuchar su voz. No me importa en que estado llegue, solo quiero estar con él y que conozca a Aaron y a Juliette. Sólo quiero que seamos una familia, con nosotros, los niños, Emily, Thomas y Adam.

- ¿Vamos a ir, no?-pregunté mirándolos.

- No queremos arriesgarte en tu estado, diste a luz hace sólo un par de semanas y...

- No me importa, estoy bien.- dije, me puse de pie.- Voy a ir a cambiarme, los espero en el auto en media hora.

Dije y luego salí de la cocina, subí a mi habitación y de los gemelos y abrí mi armario. Tomé unos pantalones y una camiseta que me permitiera amamantar a mis bebés. Entré al baño y me cambié el pijama por la ropa que escogí. Como siempre no me moleste en ponerme algún tipo de maquillaje excepto el que tapaba mis ojeras de "Di a luz a gemelos hace tres semanas, tres semanas sin dormir"

Julie comenzó a moverse y a llorar así que la cargué y la comencé a arrullar.

- Hoy tu papi los va a conocer al fin, mi pequeña.- le dije y mis ojos se cristalizaron de nuevo.

Hace casi un año que Harold se fue, hace casi un año que lo vi por última vez. Tengo los nervios a flor de piel y no espero la hora de poder verlo y no soltarlo nunca más. Nuestra historia de amor juntos fue corta pero muy transparente, sincera y fue una de las mejores etapas de mi vida. Harold fue mi primer amor, es y será el único.

- ¿Segura que quieres hacer esto?- preguntó Emily entrando.- Adam va a quedarse.

- Estoy segura de que quiero estar ahí, con mis hijos.- dije y asintió.

Tomó en sus brazos a Aaron y con mucho cuidado bajamos las escaleras. Thomas y Adam nos esperaban en la puerta, el primero subió el bolso de los bebés en el auto y nos despedimos de Adam.

Aunque ya haya pasado tiempo aún le cuesta un poco salir a la calle de esa manera, aunque nosotros queramos ir a cenar con él o ir de compras él se niega. Se siente inútil y me duele que piense de esa manera sobre si mismo. Él sigue siendo el mismo chico alegre, inteligente y valiente que se fue con Harold sólo que aún no lo entiende, el doctor nos pidió que vaya al psicólogo para que le ayude por si su ceguera se vuelve permanente.

- Ya llegamos

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- Ya llegamos.- me dijo Emily y me bajé del auto; luego bajamos a mis hijos y entramos al aeropuerto.

- Su vuelo llega en cinco minutos.- dijo Thomas, tomó el coche doble de los bebés.- Voy a ir a preguntar y paseo a los niños mientras tanto.

- No es necesario.

- Necesitas un momento a solas para ordenar las cosas, ve y saca esas malas ideas de tu cabeza.- me dijo.

- Gracias, Thomas.

Thomas como mejor amigo fue una de las mejores cosas que me han pasado en este último año.

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