113 Páginas para amarte [#Wattys2019]

Capítulo 9

Voy en dirección al bar. Lo inspecciono por dentro, es bastante amplio. Tiene sofás y mesas altas. Una música suave y algo baja lo hace ser más acogedor. Todo es de madera y ladrillo, aunque también tiene algunas cosas en blanco. Me acerco a la barra y me siento. Un chico viene a antenderme al momento.

—Buenos días, ¿Qué le pongo?— dice sonriente.

—¿Tienen algo para llevar?— miro el reloj, creo que tengo tiempo de hacer esta parada antes de buscar el teatro.

—Por supuesto, tenemos fruta, smothis, y casi cualquier cosa. También tenemos gofres y creppes o un croisan para el desayuno.— me muestra una carta y me señala a medida que habla.

—¿Me pone un batido de fresa y plátano para llevar?— miro que solo cuesta dos euros, es de lo más barato.

—Ahora mismo.— dice entrando a lo que parece ser la cocina.

Este sitio es bonito pero algo desolado, solo hay un chico de gafas leyendo al fondo de la barra. Lleva puestos unos jeans azules con unos playeros de marca, un gersey azul más claro con una camisa por debajo y una chaqueta donde puedo leer el nombre de lo que debe de ser su equipo de fútbol. Parece un chico bastante popular, me extraña que esté solo en la barra. Me mira y aparto la mirada. Me parece un gesto algo estúpido ya sabe que le estaba mirando así que vuelvo a mirarle. Mantiene la mirada fija en mí, le sonrío amablemente y le saludo. Él me sonríe también y me devuelve el saludo, se acerca al camarero y le dice algo antes de volver a centarse en su libro. El camarero me deja el batido delante.

—Ese chico le ha invitado al batido, disfrute.— me informa antes de marcharse.

Me acerco a él con cautela. Cierra el libro al percatarse de mi presencia.

—No hacía falta que me invitase.— le digo mirando el batido.

—No le de más vueltas.— contesta mirando el reloj.

Una chica rubia con un look tan radiante que parece salida de una película de Hollywood se acerca enfurecida a nosotros.

—¡Eres un puto traidor!— le brama enfurecida. —¡Y tú eres una zorra!— me grita.

—¿Perdona?— digo cordialmente reprimiendo toda mi ira apretando el vaso del batido.

—No pienso repetirlo.— dice acercándose a mí con brusquedad.

—Loren, tranquila. No es lo que piensas.— dice el chico poniendo su mano en el hombro de ella.

Se gira dramáticamente y se cruza de brazos esperando la mejor de las excusas. Esta chica se merece un oscar por su gran actuación.

—No la conozco. Solo me preguntó que libro estaba leyendo.— se excusa mostrándole el libro.

Ella me mira por encima del hombro y se lanza a los brazos del chico ,el cual aún no sé ni su nombre, cual depredador por su presa. Y finalmente se funden en un beso digno de una película de puro romance donde los actores se rencuentran después de su ruptura dramática. Me planteo muy seriamente la existencia de una cámara grabando todo esto. Nunca entenderé ese tipo de películas ¿Por qué rompen si luego lo pasan mal y van a volver a reencontrarse y volver con la monotonía?

Salgo del bar y saco el mapa para mirar donde queda el teatro. Avanzo con decisión por las calles hasta llegar a él. Es un gran edificio, tiene una entrada con escaleras y una puerta estilo la antigua Grecia, con dos columnas a los lados. La puerta es grande pero no es nada  pesada. Entro al edificio, hay un sitio de recepción pero está vacío. Sigo por el pasillo y llego hasta una sala de donde provienen una voces.