11. Cuarenta perros.

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Narra Carlos.

Definitivamente Melody me estaba comenzando a gustar, como ella había dicho antes; Es algo difícil de explicar, simplemente estar cerca de ella me hacía sentir bien.

Sin embargo también existía la posibilidad que sólo fuera un capricho, y por eso mi mejor opción fue besarla, para salir de cualquier duda.

Siendo sincero aún estaba confundido con todo, era claro que yo a ella le gustaba pero eso era solo gracias al hechizo de amor.

Definitivamente me estaba volviendo loco.

—B-bueno nos vemos mañana. —Me despedí un poco avergonzado luego de cortar el beso entre ambos, todo era nuevo para mi, aun no lograba acostumbrarme.

—Okey todos sabemos como es, estaremos en el estrado bajo el jarrón de hechizos, y entraremos desde aquí. —Mal señaló un lugar en los planos. —Yo voy a estar en el frente, junto a Carlos, y ustedes estarán arriba en el balco.

—Okey. —Susurró Evie.

—¿Carlos?

—Iré por la limusina para romper la barrera, y volveré a la Isla con la varita. —Asentí con la cabeza.

—Perfecto, ¿Evie?

—¿Si?

—Usa esto y duerme al conductor, si lo rocias quedará inconsciente. —Explicó la peli morada.

—Si.

Todos nos miramos y nos alejamos algo incómodos para volver a lo nuestro pero me fue inevitable preguntarle algo a Mal.

—¿Mal? —Ella me miró para que siguiera hablando. —¿Que pasará con Melody? Es decir.. ¿Que pasará con Melody y Ben?

—Estuve pensando que cuando los villanos empiecen a invadir Auradon, destruyan la ciudad y saquen a todos de sus castillos, encarcelen a los líderes y destruyan todo lo que es bueno y hermoso, que Ben y Melody sigan bajo el hechizo seria un tanto.... Cruel.

El famoso día de la familia había llegado, y consigo mucha, pero mucha comida. Me comenzaban a agradar los días así.

Evie al darse cuenta que de verdad quería comer como loco, me quitó a Chico de los brazos y me acerque al primer puesto de comida que encontré.

Para mi suerte estaba detrás de mi.

Jay a los pocos segundos se me unió, y juntos comenzamos a comer.

—Hola chicos. —Melody nos saludo a mi y a Jay mientras se acercaba. —Veo que tienen hambre. —Soltó una risa.

—Algo así. —Respondí con la boca llena de chocolate.

Ella solo sonrió, Jay al darse cuenta del silencio incomodo sólo se fue.

—Lamento lo de ayer, solo olvidalo, ¿Si? —Hable y ella solo negó para luego acercarse a mi.

—Carlos.. Solo quiero saber si yo también te gusto, si no es así lo entenderé y me alejare de ti, pero no quiero parecer una arrastrada esperando a que te enamores de mi.

—Es complicado, de verdad me agradas, eres una chica linda, me encanta tu personalidad, incluso ambos amamos a Chico como si fuera nuestro hijo. —Soltamos una risa. —Pero... —Me acerque a ella y tomé sus manos. —Podría decir que sí, me gustas Melody, y mucho.

En parte lo que acababa de decir era verdad, pero también era parte del plan de apoderarnos de la varita mágica y eso.

Ella solo sonrió para buscar algo en su bolsillo.

—Toma. —Me extendió un pañuelo. —Para que te limpies aquí. —Señaló el contorno de su boca. —Como el primer día.

—Como el primer día. —Repetí y luego de limpiarme bajo sus indicaciones entrelaze nuestras manos y fuimos con Mal, quien nos había invitado a lo que parecía ser un partido de golf.

—¿Sabes jugar? —Interrogue a Melody y ella negó con una sonrisa en su rostro.

—Mejor juguemos con Chico, de seguro es mucho más divertido que jugar a ese raro juego. —Acepté

—Vamos Chico. —Comenze a correr seguido de Chico y Melody.

—Atrapala Chico. —Ella le tiró una pelota a Chico y este se alejó para ir a buscarla.

—Veo que en el futuro seremos muy buenos padres. —Mencioné cuando un silencio incomodo se hizo presente.

Ella me miró con el seño fruncido.

—¿De verdad ya estás pensando en eso? —Sonrió y me abrazó.

—Eso creo. —Respondí mientras le devolvía el abrazo.

—Quizá algún día tengamos una hermosa familia, con una casa a la orilla del mar, y unos cuarenta perros.. Aunque pensándolo bien, quizá son muy pocos perros.

Yo negué divertido.

Iba a responder cuando el grito de una mujer mayor llamó la atención de la mayoría de personas.

—¡Tú! —Gritó mirando a Mal. —¿Qué? ¿Que estás haciendo aquí? No entiendo cómo estas tan joven.

—Reina Lea está bien, Maléfica aún está en la isla, ella es su hija; Mal. —Explicó Ben metiéndose en la conversación. —¿Recuerda mi proclama para darle una nueva oportunidad a la nueva generación?

—¿Lo dices enserio Ben? Nos destruirán, ¿Que pasa? ¿No lo recuerdan? Manzanas envenenadas y esa magia, su magia, mi hija fue críada por hadas, por la maldición de tu madre, sus primeras palabras, sus primeros pasos, ¡No estuve con ella!

—Lo lamento tanto. —Habló Mal finalmente pero Chad se metió en su camino.

—Alejate de ella.

—No hagas esto Chad.

—¿Qué? Los criaron sus padres Ben, ¿Qué le enseña un villano a su hijo? ¿Eh? ¿Bondad? ¿Juego limpio? Claro que no. —Miró a Mal. —Le robaste a otra chica el novio, tú disfrutas lastimar. —Se refirió a Jay y miró a Evie. —Y a ti solo te importa el dinero y engañar.

Chad sonrió victorioso.

—Espejito, espejito en mi mano, ¿Quien es el mayor gusano. —Escupió Evie con asco y el espejo mostró a Chad.

—¿Que? Vamos. —Lanzó lejos el espejo de Evie y Jay fue a defenderla.

Seguido de eso Evie le lanzó lo que parecía ser un perfume, que Mal le entregó el día anterior.

NOTA

Bueno la verdad no tengo mucho que decir hoy, anoté la fanfic en los wattys 2019, no creó que vaya a ganar pero no pierno nada con intentarlo.

Miss perfection | Descendants [1] Where stories live. Discover now