Capítulo 9.-

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Para XimCastSatura19 y LaPosadaDelFracaso.

Vacío y silencioso, así es como se siente el apartamento sin Taehyung en él.

Jungkook arrastra sus pies cuando camina por los estrechos pasillos, con los ojos entrecerrados porque su vida se ha convertido en una rutina extraña y solitaria, un castigo autoimpuesto por las malas decisiones que llevaron a la ausencia de Taehyung en el hogar que, con esfuerzo y paciencia, construyeron por años.

Ha dedicado días enteros a sólo ir de un lado a otro en el apartamento, vestido sólo con una de las tantas camisetas blancas que Taehyung; muchos años atrás; había convertido en piezas únicas durante tardes enteras con pintura para telas y unas tijeras. Se refugia entre la tela en un intento vano de traer de regreso la sensación de los brazos del mayor rodeándolo, amándolo. Se dedica a mirar fijamente las fotografías que adornan el espacio de su apartamento, grabándose a fuego el rostro de mayor en sus retinas.

La fotografía de su graduación de la academia militar, aquella que tomaron en la playa dos años atrás, una donde sus familias reunidas sonreían a la cámara con ellos en los extremos y aquella que, protegidos por la intimidad de su habitación, ambos se habían permitido sonreír a la cámara mientras permanecían sobre la cama, con los pechos desnudos mientras Jungkook descansaba sobre el brazo de Taehyung que lo abrazaba contra sí.

Días, horas enteras dedicadas a estar ahí escondido, en el lugar que tantas veces los había visto gritar, llorar y amarse. El único lugar que Jungkook podía llamar su hogar y el que, ahora, lucía carente de significado con él rondando los rincones como un fantasma, sin pronunciar palabra, sin querer comer y con las placas de identificación de Taehyung colgando de su muñeca.

Las odiaba, las odiaba tanto.

Una vez más, sus dedos acarician las placas de identificación, aprendiendo de memoria el relieve del nombre de su novio mientras se acurruca sobre el sofá de la sala, sus ojos perdidos en la pared mientras piensa en el dolor que le atraviesa el pecho, un dolor que nace de la idea de no volver a ver a Kim Taehyung con vida, un dolor que se alimenta de las pesadillas que lo acosan en las noches y no le dejan dormir en paz.

Porque Jungkook ha visto la muerte de cerca, más veces de las que le gusta admitir. Ha visto a sus compañeros caer en una emboscada, sus cuerpos mutilados o acribillados, él mismo ha causado heridas similares a otros seres humanos bajo la justificación de que viven bajo una bandera distinta a la suya. Conoce la muerte, conoce lo cruel que es ella y sabe que nunca actúa de manera lógica.

Y todas las noches teme que, por represalia a todas las vidas que él ha herido, la muerte decida llevarse a quien Jungkook más ama.

Es por ello que pasa las noches deseando no soñar, deseando olvidarse de sus fatalistas pensamientos y revisando cuanta noticia puede sobre la situación militar en la franja de Gaza, temiendo encontrarse alguna sobre soldados asesinados o mutilados o secuestrados, leyendo con avidez cada cosa que cayese en sus manos como si de esa forma, siquiera un poco, pudiese estar cerca de Taehyung.

Cuidarlo tan siquiera un poco.

Cuidarlo tan siquiera un poco

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Sin identidad.Where stories live. Discover now