Capítulo 8

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Oikawa malavareaba torpemente sobre la cama mientras leía cosas por internet para matar el tiempo, y es que desde que había decidido hacerle la ley del hielo a Wakatoshi no tenía mucho que hacer por aquel lugar. Ningún otro miembro del equipo lo conocía lo suficiente para invitarlo a salir por ahí o algo parecido y tampoco estaba tan desesperado para ir a pedirle a Tendou que salieran. Era una suerte que tuviera la clave del wifi o iba a enloquecer en aquel lugar.

Él que era todo sociedad y fiesta cuando no había escuela estaba vuelto loco, ni una sola chica permanecía en la escuela como para matar el tiempo y ya estaba harto de morbosear las publicaciones de su inicio.

Para colmo, acababa de llegarle una nueva actualización de los estados de sus amigos y parecían estarse divirtiendo mucho sin él.

Las fotos adjuntas le mostraban a tres chicos sonrientes en la fila para la dulcería del cine, Makki, Mattsun e Iwa-chan ponían signos de paz mientras sonreían a la cámara.

El castaño deseo tanto estar en Miyagi entonces, quería ir al cine con sus amigos y no estar encerrado en una habitación de Shiratorizawa.

Envió un mensaje entonces, con el propósito de tener al menos alguien con quien hablar. Lo pensó unos segundos antes de enviar el mensaje que tardó unos minutos en ser respondido:

Oikawa- ¿Iwa-chan me extraña tanto que tuvieron que invitarlo a su cita para levantarle el ánimo?

Matsukawa: ¿Bromeas? Tiene un humor tan fantástico últimamente

Oikawa: Debe ser su pantalla para no decir que me extraña

Matsukawa: No, enserio. Incluso conoció a una chica la última vez que salimos, creo que van a verse el fin de semana.

Oikawa: ¿Hablamos del mismo Iwaizumi Hajime?

Matsukawa: Parece que te llevaste contigo su parte mala. Inclusive está más calmado en las prácticas. En realidad, todo el equipo lo está, hasta Kioutani ha cooperado ahora que Iwaizumi está como capitán de apoyo.

Oikawa dejó caer el teléfono a su lado ¿Por qué todo el mundo se divertía mientras su desgracia aumentaba? Apenas tenía tres días fuera y el universo había regalado tréboles de cuatro hojas a todos sus conocidos, o esa era su exagerada forma de ver las cosas.

Hacia ese punto, sólo le faltaba que al regresar Iwaizumi fuera más alto que él.

Suspiró, también él podía divertirse, también podía hacer otros amigos. Quizá iba a necesitar un poquito de ayuda esta vez pero iba a hacer algo que dejara por los suelos los ridículos paseos de sus amigos.

Y como si la suerte conspirara nuevamente contra él, en su momento cúspide de felicidad, Ushijima se asomó por la puerta, entrando a su habitación intentando ser discreto.

Ya había molestado bastante al castaño por el día, entonces, por más que le costara, lo dejaría terminar el día sin incidentes.

—Ushiwaka— Le llamó sorpresivamente el otro — ¿Hay lugares interesantes por aquí?

El más alto lo miró perplejo, luego respondió como si cualquier otro le hubiera preguntado.

—Depende de que signifique "interesante" para ti

— ¿Hay algún lugar para cenar fuera? Me muero de hambre

—Son casi las 9:00, el comedor ya cerró— Hizo memoria y respondió — ¿Te gusta la carne?

—Podría comer carne

Ushijima sonrió

—Bien, te llevaré a un lugar.

Oikawa fue directo al armario donde había puesto sus cosas. No le gustaba la compañía del todo, pero de eso a continuar muriéndose de hambre en la recamara prefería salir. Además, podía divertirse tanto como sus amigos.

— ¿Qué debería usar Ushiwaka? ¿A qué tipo de lugar estamos lleno?

—Nada muy elegante supongo

Entonces Tooru opto por lo más sencillo que había traído consigo. Sencillo para ser él. Camiseta, janes y una sudadera abierta fueron su elección junto a sus gafas, ya que era de noche y podría necesitarlas estando en un lugar que no conocía.

Esperó a Ushijima, quien con su camiseta manga larga negra y jeans lo había dejado con la boca abierta. Era imposible que alguien luciera la ropa casual como lo hacía ese chico. Se notaba que era un deportista, pero totalmente podría pasar por una estrella de cine si le ponía un poco de empeño.

—Vamos

Tomo su billetera y el juego de llaves antes de salir. Aquel chico si que iba a ser un problema a su lado, llamaba la atención casi tanto como él y Oikawa nunca había estado acostumbrado a la competencia, no por la atención.

—Ushiwaka... No iras a invitar a Tendou a venir con nosotros o...

—No, es nuestra cita— Negó con la cabeza y continúo —Tú me pediste llevarte a algún sitio, solo vamos nosotros.

El castaño se sonrojó, él no le había pedido que lo llevara, pero su compañía no estaba de más. Sacudió la cabeza y se limitó a seguirle sin reprochar.

—De acuerdo

Metió las manos en los bolsillos y continuó caminando sin prestarle importancia a lo que el otro chico acababa de decir.

Caminaron bastante hasta un establecimiento de buen tamaño, algo campestre a la vista. Las luces se veían desde el otro lado de la calle y había bastantes clientes.

El aspecto era bonito, bastante pintoresco y tenía muchas cosas interesantes que ver hacia donde quiera que miraras, pero sin duda lo que más llamó la atención de ambos chicos fue el enorme asador repleto de carne al medio del lugar.

Pasaron entre las mesas llenas de familias y parejas, también amigos y conocidos que se agrupaban en aquel lugar hasta situarse en la barra que los separaba de los cocineros. Tomaron dos asientos y miraron los menús que una chica puso delante de ellos antes de continuar su camino hacia las mesas.

El bullicio era agradable y el ruido de la música no era molesto, el lugar no era nada romántico, pero sin duda sería un lugar agradable para comer y Oikawa agradecía eso.

—Pueden pedir la especialidad de la casa en cortes de carne— dijo la chica que anteriormente les había entregado los menúes —O arriesgarse y entrar a nuestra competencia de la noche— Señaló un punto del cartel sobre sus cabezas —Estaré con ustedes en un minuto.

Oikawa levantó la vista hacia donde la chica les había indicado

—Hamburguesa suprema, 6 kilos de carne más queso, pan y acompañantes, termina una en 30 minutos y tu próxima cena es gratis.

—Olvídalo, nuestra dieta no permitiría comer todas esas calorías en bruto

— ¿Le temes a un desafío Ushiwaka? — Dijo un Oikawa ya convencido —Seis kilos no suena a algo que me daría problemas con el hambre que tengo.

—Comer con hambre hace más probable el que te llenes más rápido. Tendrías que correr un kilómetro por cada kilo y eso no te asegura que todo salga de tu organismo.

El castaño suspiro

—Ojala Iwa-chan estuviera aquí. Él ya hubiera pedido dos hamburguesas sin problema.

El más alto levanto una ceja, Oikawa había dado en el clavo con su infantil provocación y el moreno ya estaba ordenándole un plato a cada uno.

—Vas a necesitar más que una soda para bajar todo eso, sigue haciendo cuentas en tu entrenamiento para mañana.

—Somos jóvenes Ushiwaka— Acomodó sobre su cuello la servilleta que la mesera había traído —Cada caloría se utiliza en nuestro crecimiento.

Ushijima negó con desaprobación pero siguió las acciones del más bajo poniéndose el mismo su servilleta.

—Además, puedes acompañarme mañana a quemar toda esta grasa

Ambos platos fueron puestos frente a ellos mientras el vocero del lugar ponía el cronometro y hacia su spot para animar a más personas a participar o a observar a los dos competidores de la noche.

La Semana en que Oikawa fue a ShiratorizawaWhere stories live. Discover now