Capítulo 18

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Abrió los ojos con soñolencia, buscando a tientas el cuerpo ajeno que descubrió, una vez más se encontraba ausente esa mañana.

El moreno se estiró en la cama, frotándose los ojos para buscar con mayor detenimiento al castaño y darse cuenta de que en efecto, había vuelto a salir temprano como era su costumbre.

Recordó que el otro le había prometido ir a almorzar juntos, quizá por eso era el motivo de la ausencia de este, que de seguro estaba en las duchas preparándose para salir antes de que la práctica de la tarde iniciara.

Entonces salió de la cama, preparándose el mismo para iniciar el día.

Se encontraba debatiéndose entre que ropa podía usar, pues el clima ya no estaba tan frio, cuando tocaron a la puerta y su pelirrojo amigo entro tan confianzudo como siempre.

­­—Wakatoshi-kun

— ¿Cómo es que tienes tan buena pinta después de todo lo que cenaste ayer?

—Sólo venía a agradecerte por eso— Se palmeó el estómago — ¡Fue la mejor cena que he tenido desde que iniciamos el curso!

—Comerse dos hamburguesas imposibles y acabarte medio cerdo no debería considerarse un logro, Tendou.

Le regañó el moreno mientras Satori se acomodaba a sus anchas por la habitación.

Por otro lado, en los baños, Oikawa terminaba de ducharse y secarse el pelo mientras observaba su figura en el espejo.

Aún tenía pequeñas marcas por todo el pecho de la última vez que había estado con Ushijima.

¿Se estaría equivocando? Nadie que no estuviera genuinamente interesado en alguien podría hacer todo lo que Ushijima estaba haciendo por él. Quizá había cometido un error el día de ayer. Quizá y solo quizá había escuchado mal o había descontextualizado.

Suspiró, tocando la marca más grande en su clavícula.

A Ushijima le encantaba besarle en ese lugar, suave o duramente, le había besado cada parte del cuerpo con esmero en diferentes ocasiones, lo había procurado a cada momento, dormía abrazándolo cada noche y hacia todo con tal de tenerlo feliz. Eso era lo que hacía alguien que estaba enamorado genuinamente ¿no?

Iría a almorzar con Ushijima como había dicho, hablarían y él le diría lo que había escuchado para que este se lo aclarara todo.

Sí, eso es lo que hacía alguien maduro.

Sacudió la cabeza para alejar los malos pensamientos y se palmeo la cara, tomando una larga respiración antes de salir del baño y encaminarse a la recamara.

Tenía el plan perfecto para aquella mañana.
Iría a la recamara y saldrían para aclararlo todo.
Tomó el asa de la puerta una vez que había atravesado el pasillo pero se detuvo en seco cuando escucho la conversación que se llevaba a cabo tras ésta.
—Muy bien Wakatoshi-kun. Almuerzo, entrenamiento y Oikawa, lo has hecho bien.
—Es bastante más fácil de lo que crees
Oikawa cerró fuertemente los ojos mientras apretaba los labios.
¿Se refería a él? Escuchó más atento, pegando su oreja a la puerta. Ya se le estaba volviendo costumbre el escuchar mientras nadie lo veía.
— ¿Y quién lo diría? Enamorar al capitán del Seijo parece ser tu logro más grande
Lo felicitaba alguien desde adentro
—Hay cosas que han sido más difíciles
El castaño dejó la manija entonces, sintiendo una vez más el crujir de su corazón como la noche pasada.
Regresó por el pasillo directo al ascensor.
Él no era nada fácil y conquistarle era el mayor logro que nunca tendría Ushijima.
Sin saberlo, una vez más, la conversación continuaba con un Wakatoshi ebrio de ternura y amor mirando la fotografía que le había mandado la noche anterior.
—Mi mayor logro es que él siquiera volteara a verme— Sonrió bobamente al celular —Siendo él, teniéndolo todo... Me miró a mí...
Tendou suspiró contemplando a su mejor amigo siendo un chico enamorado perdido. Desconociendo totalmente el problema en el que acababa de meterse el moreno.

La Semana en que Oikawa fue a ShiratorizawaWhere stories live. Discover now