Hyrule [ The Legend of Zelda ~ Fanfic ]

☘️ 1x03: Capítulo 3 ☘️

🗡️ Capítulo 3 🛡️

«Sueños que atormentan y trasnochan»

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~Tras 30 años de la Gran Guerra Civil de Hyrule, y tras 7 años de la Noche del Atentado a Necluda~

Link no podía apaciguar ese horrible sentimiento de culpa que la invadió cuando el viejo barbón de su querido padre se marchó. Su afán por entrenar el arte de la espada se había esfumado, al igual que aquel entusiasmo que sentía por asistir a la ‹Noche de Paz y Armonía› de ese año. Simplemente no tenía ganas de nada, solo quería estar ahí, encerrada en su recámara sin que nadie la molestara.

       ¡Toc, toc, toc!

       Para su sorpresa, la tía Telma tocó a la puerta de su casa esa tarde. Se trataba de una mujer de mediana edad, robusta, coqueta, un poco ruda, pero de buen corazón, del tipo de persona que se preocupaba por todos. Era dueña de varias tascas establecidas por la zona sureste de Hyrule, cuya especialidad era la cerveza láctea, una de las bebidas alcohólicas más populares de todo el reino.

       —Cariño, ¿por qué esa cara tan larga? —le preguntó a Link, quien se negó a responder, siendo el silencio el que habló por sí solo.

       El corazón de Telma se partió en dos al sentir a su sobrina tan decaída ya que era casi como su propia hija. Desde que su hermana desapareció aquella trágica noche que los Cuervos Purgadores emergieron, ella, junto a su cuñado el herrero, la crió. Telma no quería verla así, tenía que avivarle los ánimos de alguna manera, y sabía perfectamente como hacerlo: con comida, esa era la debilidad de Link.

       No es que le gustara presumirlo, pero la tabernera estaba dotada con habilidades culinarias meramente excepcionales, tanto así que sus recetas podían lograr reconfortar el alma de cualquiera, incluso la del ser más frágil. No por nada sus platillos siempre salían victoriosos en los concursos de comida que organizaban todos los años en La Ciudadela. De hecho, lo poco que su sobrina sabía cocinar era gracias a ella.

       Link seguía lamentándose sobre el lecho de su cuarto cuando, repentinamente, un exquisito olor la deleitó. Los sabrosos aromas que brotaban desde la cocina se habían esparcido muy rápido por toda la casa y a sus alrededores, avivando no solo el voraz apetito de la rubiecilla, sino el de sus vecinos también.

       ~¡Que rico huele!~ vociferó en sus pensamientos al mismo tiempo que su barriga le gruñía.

       De inmediato, Link hizo a un lado su pesadumbre y se puso de pie, marchó hacía la cocina cual ReDead, como si el mismísimo olor la hubiese hechizado, deseando probar aquello que tanto la antojaba. Fue entonces que, al llegar, se encontró con un delicioso plato de sopa recién hecha servida en la mesa.

       El plan de Telma había funcionado. En cuanto Link sació su hambre —o mejor dicho, cuando se terminó la sopa de la olla— comenzó a contarle a su tía todo lo que había sucedido.

       —Ya veo, entonces te sientes culpable por eso.

       Link asintió con la cabeza. Aun estaba un poco decaída, pero el haber hablado la hizo sentir mejor, al igual que aquella exquisita sopa de cuco que degustó.

       —Cariño, de mujer a mujer, creo que estas exagerando —opinó Telma con sinceridad.

       —¡Ya lo sé, tía Telma!