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El "Moonlight Blue" era una celebración que se llevaba a cabo todos los años, tanto alfas como omegas al cumplir los 18 años, cuando el el reloj marcaba el primero de junio con un minuto, las dos razas, alfas y omegas, mujeres y hombres, se reunían en la plaza, justo en el centro de la ciudad, donde en medio de la plaza se dibujaba una enorme estrella plateada, los peregrinos ofrecían ofrendas a la diosa Luna como muestra de agradecimiento por la vida y ella en afán de devolver el favor, elegía a una pareja, una pareja destinada.

Cuando el reloj marcaba las 0:30 del primero de junio la luna se tornaba azul, su reflector se dirigía a uno de los dos grupos, alfas y omegas en espera de ser elegidos por la Luna con la esperanza de poder conocer a su destinado, su alma gemela, entre el grupo, la luna alumbraba a una persona, la cual debía caminar hasta el centro de la plaza, parándose en la mitad de la estrella, mientras que el reflector se dirigía al otro grupo, repitiendo el mismo procedimiento, ambos debían mantenerse con la cabeza gacha y ojos cerrados, hasta que la luna tomara un color rojizo, al ser bañados con dicha luz, ambos se mirarían, el contacto visual serviría de medio para crear el vínculo, la unión de las almas, un vinculo que uniría las dos almas y las transformaría en una por la eternidad.

Cuando el reloj marcaba las 0:30 del primero de junio la luna se tornaba azul, su reflector se dirigía a uno de los dos grupos, alfas y omegas en espera de ser elegidos por la Luna con la esperanza de poder conocer a su destinado, su alma gemela, ...

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Un revoltoso alfa corría por todos lados en busca del mejor regalo de aniversario, Dios, cumplía tres años de relación con su bolita de arroz, era demasiado para su corazón y su mente aún no lo procesaba, era increíble, la relación que le aseguraron que no duraría más de tres días estaba cumpliendo tres años y eso era tan emocionante.

Corría por toda la casa en busca de los elementos adecuados para preparar el mejor regalo para su amado Omega, incluso cayendo varias veces en las escaleras gracias a sus torpes intentos de tratar de subir de cuatro en cuatro para llegar más rápido.

-¡MAAAAAAMIIIIII! -gritó desde su escritorio mientras escribía la quinta página de su "pequeña carta".

-¿Que? -dijo la mujer estresada en la puerta de su habitación.

-¿Se escribe "callendo" o "cayendo"? -preguntó con un puchero, la mujer alzo una ceja y golpeo con su palma la nuca de su hijo.

-Por amor de Dios Jeon Jungkook, tienes esa porquería -señaló su teléfono- y no lo usas para nada inteligente, esta es la décima vez que me llamas para preguntarme una pendejada, no se si estés enterado pero yo tengo que mantener a esta maldita familia, así que si necesitas preguntar una estupidez como esa para tus cursilerías llama a tu padre, que esta perdiendo el tiempo en la habitación -gruño la alfa, Jungkook suspiro.

-Eso no responde a mi pregunta -dijo mirándola con sus enormes ojos chocolate.

-¡ERES IMPOSIBLE! -gritó antes de salir de la habitación, Jungkook tomo su celular y escribió en el autocorrector, sonriendo y volviendo a escribir.

La noche estaba por caer, el reloj marcaba las 18:55, se reuniría con Jimin a las 19:30, por lo que aún tenía tiempo, termino de escribir la ultima página de la carta, emocionado, en verdad emocionado, pues escribir doce páginas revés y derecho sin ningún espacio no era para cualquiera, no, claro que no, era para personas enfermas. Guardo las cartas en un sobre, teniendo que pegarlo con cinta adhesiva ya que no cerraba, incluso se tomo el tiempo de hacer un collage con fotos de ambos, porque estaba de más decir que Jeon Jungkook estaba demasiado enamorado de Park Jimin. Se vistió elegante pero casual, tomo su mochila con los regalos para su mochi y finalmente luego de despedirse de su familia salió con una enorme sonrisa a subirse al auto de su hermano, iría en auto, y a pesar de saber eso, Jimin se negó a que lo pasara a recoger, por lo que estaba nervioso, estaciono en el aparcamiento del restaurante, mirando la hora 19:29:10, bien, en lo que bajaba eran 20 segundos 10 para tomar sus cosas y 20 para entrar, poniendo un pie en el restaurante justo a las 19:30, siendo extremadamente puntual.

Entro, dio su nombre para la reservación, yendo luego a sentarse, dejando todas sus cosas a su lado, sonrío al ver el cuarto en donde estaba, porque si,  Jungkook había gastado todos sus ahorros desde niño para poder costear un lugar como aquel, respiro hondo, miro el reloj que marcaba las 19:35, Jimin estaba por llegar ¿Cierto?, sacudió su pantalón y de todas las formas que se imaginaba que entraría Jimin a aquel cuarto definitivamente no se encontraba ninguna en la que entraba llorando, eso lo descoloco un poco sin duda, se acercó y el menor por un mes se tiro hacia sus brazos mientras lloraba bajito.

-¿Mi amor? ¿Que pasa? -preguntó alarmado, Jimin se había ido un mes a Seúl para visitar a su tía quien había enfermado, y la primera vez que lo vio desde entonces no se la imaginaba que el otro lloraría.

-Kookie... -hablo con su voz temblorosa.

-Bebé... -esa palabra lo hizo temblar entre sus brazos, lo acompañó a sentarse, pero el Omega lo empujo en una silla y se sentó sobre él, acurrucándose en su pecho- Minnie, me estas preocupando, ¿Que ocurre? -y no fue hasta que el menor dejo de llorar y se tranquilizo absorbiendo la esencia del alfa que Jungkook lo noto.

Su olor era más dulce, mucho más dulce.

Miro al Omega quien se negaba a mirarlo fijamente y su mirada se dirigió al vientre del otro, notándolo hinchado, su mano temblorosa se acercó al viente, dejando descansarla ahí, respiro profundo, su alfa gritando.

Cachorro.

-Minnie -hablo, con una sonrisa en sus  labios.

-Te juro que me cuide, luego de que lo hiciéramos sin protección me tome la pastilla, tu viste ¡tu viste que me la tome! -dijo con su  aroma volviéndose amargo de nuevo mientras que su rostro volvía a llenarse de lágrimas- n-no se como pasó esto.

-Shhh amor, esta bien -arrullo.

-¿No estás enojado? -preguntó mientras que con sus manitas limpiaba sus mejillas, el alfa negó.

-Creí que mis regalos serían los mejores, pero sin duda me has sorprendido -sonrío y beso los labios regordetes del otro- sabes que te amo Minnie, nunca dudes de eso.

-Yo también te amo Kookie.

Entre besos y caricias, la luna fue testigo aquella noche del amor mas grande y puro que habían logrado formar esos jóvenes, amor que se había vuelto una persona.

Entre risas y palabras cariñosas cenaron, dieron sus regalos y sellaron la noche con un beso que prometía amor eterno.

Oh diosa Luna ¿Por qué eres tan cruel?

Why Moon? (Omegaverse)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang