Capítulo 15

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Cuando Yoongi despertó, al principio no recordaba lo sucedido. Es más, hasta confundió aquel techo blanco con el de su habitación. Sin embargo, flashes fueron llegando a su cabeza y se sentó de golpe sorprendido.

¿Él había hecho eso? ¿La noche anterior, él y Hoseok...? ¿Su mejor amigo y él...?

Observó su cuerpo desnudo y se cubrió con las sábanas. El aroma proveniente de estas lo hizo estremecer.

Chocolate con nueces combinado con vainilla y canela.

Eran sus aromas mezclados. Había pocas maneras de que sus olores se mezclasen tan bien y una de ellas, la más probable, indicaba lo que parecía haber sucedido.

Había tenido sexo con su mejor amigo. Hoseok y él...

Entonces se dio cuenta de que se hallaba solo en aquella habitación. No parecía haber más rastros del alfa que su aroma impregnado en las sábanas.

¿Dónde estaría?

Su lobo se preocupó pensando en que el castaño se había arrepentido. No habían sido suficiente para tan imponente alfa.

Sintió sus ojos aguarse y la tristeza queriendo invadir su pecho. Tragó saliva y se pasó las manos por los ojos.

Él no lloraría. No ahora que apenas entendía algo.

Visualizó su ropa en el suelo y se acercó para tomarla. Al moverse se sintió adolorido en su espalda baja. Otra evidencia de lo que había pasado.

Recordó la intensidad de las embestidas y se estremeció. Nunca se había considerado débil, pero le sorprendía haber resistido tan bien la fuerza con la que el alfa lo había tomado. Después de todo, estaba en celo. Mucho más salvaje que de costumbre.

Con un poco de esfuerzo, salió de la cama y se vistió. Encontró sus zapatos al otro lado de la habitación, ni siquiera recordaba cuando se los había sacado.

Observó la puerta y pensó en qué hacer.

No sabía dónde estaba el castaño. Quizás se había ido. Quizás se hallaba en el comedor y de ser así, inevitablemente se verían cuando se marchara.

Porque debía irse, ¿de acuerdo? No podía quedarse allí por siempre. Tampoco tenía motivos para hacerlo, ¿cierto?

Y si se veían, ¿qué sucedería? ¿Debía no mirarlo? ¿Quedarse callado?

Lo consideró un poco más y llegó a la conclusión de que sí o sí debía atravesar esa puerta. No podía quedarse allí por siempre y tampoco era como si una tormenta de nieve lo esperara al otro lado.

Si estaba su mejor amigo, bien por él. Era una de las personas en las que más confiaba, no debía temer verlo de nuevo. Era ridículo.

Caminó y giró el picaporte. Apretó los dientes cuando este sonó demasiado fuerte en el departamento para su gusto. Si había alguien allí seguramente lo había escuchado.

Tragó saliva y tiró de este. Debía afrontarlo tarde o temprano. Dio dos pasos: uno junto a la puerta y otro para entrar al corredor. Estaba vacío, sin rastro de alguien más.

Era algo bueno. Demasiado bueno, en realidad.

Decidió avanzar. Pensó en ir hasta la puerta y marcharse. Eso sería sencillo. Sin embargo, las cosas para él nunca lo eran.

Cuando llegó hasta donde el pasillo se conectaba con otro que se dirigía a la puerta principal, escuchó una voz.

—Así que ya has despertado.

Cuestionando intenciones - Hopega OmegaverseWhere stories live. Discover now