Noah

Prólogo

Lágrimas descienden por mis mejillas
mezcladas con las gotas de lluvia.
Despierto con un vacío inexplicable en la cabeza, recostado sobre un árbol viejo, rodeado de pastizal mojado y, desnudo del torso para arriba.

No puedo recordar mi nombre ni qué hago aquí, con el cuerpo adolorido al borde del colapso.
¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué me estoy desangrando en medio de un bosque a tan altas horas de la noche? ¿Fui atacado? ¿Qué hice para merecer un final tan solitario?

Nada. No puedo recordar nada.

Sin levantar la vista, alcanzo a ver lo que parece ser mi abrigo. Apenas unos metros separándonos, metros que son convertidos en kilómetros gracias a la herida en mi abdómen.
Tomé fuerzas, quién sabe de dónde, para arrastrarme hacia aquel espacio.

La torrencial lluvia quemaba con fuerza al caer sobre mi piel desnuda.
No sólo el silencio es aterrador, tanto esfuerzo para no encontrar nada que me pudiera ayudar en el abrigo, nada más que un obsoleto grabador antiguo.
Caí de rodillas, vencido por sensación agrietada en mi espalda, no esperaba el sonido de la grabadora comenzando a correr la cinta en ella.

"¡Por favor déjame ir! ¡Alguien sálveme...!"

La voz de una mujer gritando muy cerca de mi oído me detiene de caer inconsciente.

"Jaja, tan estúpida!"
"¡Dijiste que me amabas! ¡Me acompañaste en mis peores días! ¿Por qué ahora...me haces esto, Noah?"
"Deja de pensar cuán sola estás, odio esa mierda"
"¡Asesino! ¡Eres un monstruo! ¡Una mierda tóxica que nació por error, como siempre decías!"
"¿Uh? Pero qué cosas feas estás divagando, mi dulce caramelo agrio. No soy un monstruo, sólo tengo una enfermedad mental. ¿No eres tú la que me repetía esto hasta que se la creyó?
Incluso hoy por la mañana. Ahh, te veías tan hermosa despertando en mi cama, sonriente por fuera y, tan podrida por dentro"
"..................."

Miré furiosamente la cinta, ¿qué clase de broma pesada es ésta?

Podrida...

Desvíe la vista, buscando un extraño olor a descompuesto cerca mío, mala idea, muy cerca al árbol donde me encontraba hace unos momentos, hay un cuerpo tendido. Una mujer. Una muy joven. Con una varilla de metal atrapada en su cabeza.

La grabación continuó, uniéndose a la tortura, esta vez, sólo gritos adoloridos, hasta que la voz de la mujer terminó por desvanecerse tras unos segundos. Su interpretación se sentía casi real...

Un ruido cercano me alertó, ¿un animal?, no, son pasos aproximándose. Quien quiera que sea, me provoca escalofríos.

El hombre entre las sombras, se detuvo muy cerca, -has hecho algo muy malo, Noah. -La tranquilidad en su voz me lo dice todo. No va a salvarme.

Intenté levantar la cabeza para ver su rostro pero ya era imposible. Con cada movimiento, el siguiente llegaba con el doble de dolor. Es tarde. Debería sólo descansar y rendirme. Me siento cada vez menos vivo.

Noah...

¿Ese era mi nombre? ¿La voz del hombre en la grabación, es mía? ¿...Soy un asesino? Si lo soy, no me sorprende que mi muerte sea así de dolorosa.

Dime Noah, ¿disfrutaste tus últimos momentos? Responde, ¿quizá hubo una época en la que fuiste feliz? No me importa qué te llevó a ser un monstruo. Aclárame que no fuiste patético toda tu vida como lo soy yo ahora.

Sin respuesta, no logro recordar nada, sólo hay un hueco vacío en mi cabeza, me siento cada vez menos vivo y, pronto, sin darme cuenta, los dolores se habían ido, ya no sentía el cuerpo, sólo sé, que me estoy apagando.

La silueta de sus zapatos marrones es lo último que veo antes de que mi cuerpo colapse y mi alma diga adiós.

Hola, ¿cómo estás?
¿Qué te trajo aquí?
¿La casualidad?¿El destino?
¿Un amigo?

Novela sin editar.
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