- 03 -

4.9K 543 184
                                    

Todos los alumnos de primer curso han decidido que el lugar de peregrinación para la comida colectiva es el Papa John's que hay cerca de la universidad. Jungkook y yo, como tampoco somos muy originales, hemos acabado siguiendo a la masa.

Él ha ido a pedir mientras yo me quedo sentada en una mesa para dos que hemos encontrado libre en un lateral del local. Diría que por suerte, pero tengo a las cuatro chicas de antes al lado, mirándome de reojo y cuchicheando. Lo que me faltaba.

—Me han recomendado la Super Papa's, no sé si te gustará o no... —dice mi acompañante, dejando una pizza grande en medio y un bol con unas tiras de pollo. Y las chicas desvían la mirada de mí a Jungkook en cuanto le ven aparecer.

—Nunca he venido, pero estará bien seguro. No te preocupes —digo, y a Jungkook le tranquiliza, porque pone una sonrisa tímida mientras me pasa una servilleta y coge otra él—. ¿Sabes que te han salido admiradoras?

—¿Qué? —pregunta, poniéndose rojo. Y yo hago un gesto disimulado señalando a las chicas de al lado. Él mira, con menos disimulo que yo, la verdad, y las chicas empiezan a hablar más alto. ¿Se supone que estamos en la universidad?—. Ah, ellas.

—¿Vas a fingir que no te has dado cuenta de que no te han quitado la mirada desde que has llegado a clase?

—He intentado no darme cuenta.

—¿Estás acostumbrado, Jungkookie? —pregunto, ladeando la cabeza.

—¡No! ¿Y por qué me llamas Jungkookie? Ya soy un adulto.

—Sigo siendo mayor que tú —respondo, y cojo uno de los trozos de pizza con una sonrisa—. ¿Cuántos años tienes, veinte?

—Ajá —responde, cogiendo él también un trozo de pizza. Solo que, en vez de soplar como yo, se lo lleva directamente a la boca y se quema. Yo me parto de risa, evidentemente—. ¡No te rías!

—Eres gracioso —respondo.

Y es la verdad, porque gracias a él me lo estoy pasando bien por primera vez en mucho tiempo. Es como si, en vez de haberle conocido en esa fiesta, llevase años siendo su amiga. No sé si porque es muy tímido, porque ambos somos de Busan o porque no me ha hecho todavía ninguna pregunta incómoda, pero me siento bien a su lado. No me sudan las manos ni me entran ganas de salir corriendo por mantener una conversación con él. Más bien, todo lo contrario.

—Vaya, me alegra mucho que mis desgracias te parezcan graciosas. No voy a poder saborear el resto de la pizza, que conste.

—Culpa tuya —digo, encogiéndome de hombros. Y mastico exageradamente mi cacho de pizza para hacerle un poco de rabiar.

—Por cierto... ¿Tú cuántos años tienes para tratarme como si fuera un crío?

—Veintidós.

—Los mismos que Jimin-hyung —dice. Y me atraganto con la pizza—. Eh, ¿estás bien?

—Sí, sí —respondo, tragándome el cacho que casi me lleva a la muerte—. ¿De qué conoces a Jimin?

—Es hermano de uno de mis mejores amigos. Es tu amigo también, ¿no?

—Era —corrijo. Y no sé si es por mi tono, pero Jungkook no pregunta nada más. Ni por qué uso el pasado, ni qué pasó, ni por qué me he puesto blanca de repente.

Él, por el contrario, se pone un poco rojo y da un mordisco a su porción de pizza. Casi puedo ver a sus neuronas luchando por buscar un nuevo tema de conversación.

—Eh... El trabajo de Teoría del Arte —dice, medio tartamudeando, sin mirarme—. ¿Dónde quieres que quedemos para hacerlo?

—¿En la biblioteca? —pregunto. No como si fuese obvio, sino como si fuese el único sitio posible. No le digo que tengo una habitación para mí sola porque no quiero que entre—. Pero todavía tenemos tiempo, ¿no?

The ghost of it - jjk, myg, pjmOnde histórias criam vida. Descubra agora