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Esto parece un déjà vu. Tengo el caballete en mitad de la habitación, apuntando a la cama, con un taburete enfrente. Hay un lienzo en él, una mesita con los lápices que voy a necesitar y gomas de borrar. Quizá la única diferencia es que he subido la temperatura de la calefacción para que Jungkook no pase frío. Y que tampoco voy a tener que ir a buscarle, porque vive al otro lado del pasillo.

Ya he escondido las muletas y he dejado las sábanas blancas de la cama bien estiradas. Supongo que es para causarle buena impresión, pero debería revolverlas un poco si quiero que quede natural. Aunque quizá quiera taparse con ellas.

Vuelvo a acercarme a la cama y la deshago un poco, dejando arrugas intencionadas para poder pintarlas luego, aunque en realidad es un modo de mantenerme ocupada hasta que llegue para no entrar en pánico. Porque estoy de los nervios. Quizá más incluso que cuando me tenga que pintar a mí, porque ahí me dará un infarto.

Ahora solo siento mi corazón martilleando en el pecho con fuerza cuando escucho dos golpes en la madera de la puerta. Voy con calma a abrirla, respirando con fuerza, y me encuentro con la causa de mi nerviosismo al otro lado, como me esperaba. Debe ser que mi sistema respiratorio no se había hecho a la idea, porque se para y me cuesta un momento recuperarme del impacto de verle. Tan. Guapo.

—¿Estás en una sauna? —pregunta, con una sonrisa.

No está sonrojado, ni tartamudea, lo que me hace pensar que me contagia ese estado cuando él parece más seguro de sí mismo.

—Es para que no tengas frío —digo, con un hilo de voz.

Él sonríe y baja la cabeza y, como no sé muy bien qué hacer, me echo a un lado para que pueda pasar. En cuanto está dentro, con el calor envolviéndole, cierro a mis espaldas y vuelvo a intentar respirar.

"Tranquila, solo es un chico. Y no es como si hoy tuviese que verte a ti desnuda".

—Vaya, lo tienes todo preparado —murmura, rascándose la nuca—. ¿Me tengo que poner en la cama?

—Emmm... Sí, eso había pensado —ni si quiera le miro a los ojos: bastante voy a tener que mirarle cuando empiece a dibujar—. Así puedes... taparte con la sábana. ¿Quieres que me vaya mientras te preparas o...?

—No, así está bien —dice, y yo, que le estaba mirando para hacerle la pregunta directamente, veo con todo lujo de detalles cómo se quita la camiseta de manga corta, dejando todo su torso al descubierto. Aparto mis ojos de ahí en cuanto me doy cuenta de que, sin querer, le estaba recorriendo de arriba abajo. Y que me estaba gustando demasiado lo que estaba viendo.

"Respira".

—Voy a sentarme para ir preparando todo —anuncio. Aunque, en realidad, cuando me siento en el taburete, lo único que puedo analizar es la dureza de los lapiceros, pensando cuál será el indicado para poder delinear esos abdominales.

"Para. Es un trabajo y Jungkook no es un cacho de carne".

Agito la cabeza y sigo mirando los lápices, cogiéndolos y volviéndolos a dejar en si sitio como si no me sirviese ninguno en realidad. Pero es que, con lo poco que he visto, me he dado cuenta de que va a ser así: ni las herramientas van a ser suficientes, ni yo voy a ser capaz de hacerle justicia.

—Vale. Ya... ya está —dice, al cabo de un rato. Y me atrevo a mirar solo porque tengo que dibujarle en el menor tiempo posible. Por el trabajo, solo por el trabajo.

No puedo ni si quiera controlar cómo se me abre la boca al verle, apoyado con sus brazos a la espalda, la sábana (mi sábana) cubriendo solo su intimidad y arremolinándose en sus trabajadas piernas. Siento envidia cuando las veo, porque tiene dos y son... perfectas. Pero, a la vez, me gustaría poder tocarlas. Ver si sus músculos están tan tensos como los ven mis ojos. Si su piel es tan suave como lo parece. Como sus labios.

The ghost of it - jjk, myg, pjmTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang