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Llevo años encerrada en esta oscura cabaña, inmensa y solitaria, lo único que veo es al bosque frondoso y de vez en cuando a adolescentes curioso, en ocasiones lograron entrar, pero no duraban más de un minuto allí, ninguno se da cuenta de mi presencia, solo creen este lugar abandonado, supongo que la soledad también es mi castigo.

Por lo que he oído de los niños que entraron, se supone que soy una bruja o algo por el estilo, honestamente no me importa que digan a estas alturas de mi, solo quiero abandonar este lugar, recuperar mis alas y volver a ver al resto de mis compañeros... aunque estoy segura de que eso es imposible, el que te arranquen las alas es de haber hecho algo terrible.

odio estar sola, desearía que mis recuerdos no se hubieran reseteado.

Los días aquí me los paso mirando por la ventana, no tengo mucho que hacer después de todo, tengo algunos libros que ya estaban aquí, la mayoría ya los he leído.... Debes en cuando me pongo a escribir en una laptop que uno de los chicos abandono ante el susto de verme aparecer de repente, fue bastante tonto, gran parte de las cosas que uso son de niños y niñas asustadizas que quisieron tirarse de valientes... aunque eso parece que acabará pronto, esta cabaña. Junto al bosque serán destruidos.

Llevan semanas apareciendo avisos de desalojo en este lugar, me sorprende bastante que haya personas que creen aquí vive una persona, no un fantasma o algún espíritu... los humanos se niegan a aceptar las cosas que no pueden explicar por más que las tengan frente a sus ojos... creo que los testimonios de esos "niños" tuvieron que ver, tal vez los adultos crean que solo vive una vieja loca... si es así eso explica los incesantes golpes y gritos afuera. Olvidaba que se supone que ya no debería estar aquí, pero ni siquiera puedo pasar de la puerta... maldito castigo.

- ¡señora! Se le ordena que salga de manera inmediata si no quiere que derrumbemos el lugar con usted dentro- no logro acostumbrarme a lo insensibles que pueden llegar a ser algunos humanos- contare hasta el uno. Si no sale la sacaremos por la fuerza- nunca me cansare de que se contradigan tan sencillamente-

-nueve... ocho...siete... seis... cinco...- el tipo se oye cada vez más enojado, les abriré-

Estoy frente a la puerta, pero me interesa bastante ver si cumplirá su amenaza al llegar a uno-... uno- como me lo esperaba no lo hizo, los humanos son extraños, demasiado de hecho.

Bien, abro la puerta y me da bastante gracia las expresiones de su cara, creo que en realidad si se esperaban una vieja decrepita, sus expresiones son todo un poema, definitivamente no se esperaban a una persona que luce como una adolecente esquelética, débil y frágil... en momentos como estos odio la barrera alrededor de las salidas de la cabaña.

-señorita, podría llamar a su abuela, necesitamos sacarlas de aquí este lugar será reformado, ¿comprende? - aun no puedo parar de reírme de eso, me llaman señora, luego señorita y dicen que hay una abuela, que graciosos resultan a veces-

- no, no comprendo, ¿abuela?, no, en definitivo lo niego, aquí no hay nadie además que yo... y tampoco soy una niña- por Dios, son todo un desastre, ¡una niña viviendo sola en una cabaña del bosque!... ah... estos humanos me caen bien... hace mucho que no me reía así-

-señorita no estamos jugando- el que creo que es líder de esta obra suena irritado-

-yo tampoco juego... además no me iré, no puedo hacerlo- tuerzo la vista, ahora sí, el tipo ese se enojó-

Para cuando me di cuenta el hombre de traje estaba parado frente mío, retrocedí por impulso, pero de manera que no comprendo alcanzo a agarrarme y comenzó a jalarme sin siquiera pararse a pensar que podía lastimarme, jamás superare la cara de confusión y terror que tenía cuando se dio cuenta que por más que jalara no salía por la puerta; luego de un rato de forcejeo inútil me soltó completamente exasperado y espantado. Me encanta esa actitud de no poder creerse el hecho de no haber logrado sacar a una chica que es por mucho más pequeña que él y... luce tan débil, estos humanos son fantásticos.

-bruja... bruja... bruja...- comenzó a gritar el hombre, siendo honesta no me esperaba eso, me fastidio bastante que me llamara de esa manera-

-no soy ninguna bruja- estoy segura que mi cara debía tener una expresión espantosa, porque todos allí se paralizaron de inmediato... lo más interesante de todo eso es que la cabaña decidió marcharse a otro plano de la realidad en ese momento.

Me dejaran en paz por el momento.

Recuerdos de un angel caidoWhere stories live. Discover now