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Llevo quince días pensando en una respuesta para esas preguntas, antes no había pensado tanto en ello... en trecientos años no había pensado siquiera en eso, es más, ni siquiera me preocupo saber ni quien era yo, no recuerdo ni mi nombre y esas dudas solo surgen a estas alturas, sé que soy y de dónde vengo, pero no logro estar segura sobre quien soy, estoy consciente de que hice algo mal, malísimo, algo que no puedo recordar, si sigo así mi cordura si se mira a la mierda.

Sin embargo, no puedo evitarlo, realmente quiero volver al cielo, extraño bastante mis alas.

Los pocos recuerdos que aun poseo son algo que me reconfortan... o por lo menos me ayudan a responder en partes esas estúpidas preguntas.

Como sea, esa tipa y su compañero volvieron, algo que no entiendo mucho, si fuera yo no volviera a pisar el lugar sabiendo que desaparecería en cualquier momento de la faz de la tierra; algunos humanos están realmente locos, lo peor de todo es que llevan casi veinte minutos tocando la puerta.

No quiero verlos, pero quiero estar tranquila, lo necesito, este no es el mejor momento para que esos dos estén allí fuera, aunque ahora que lo pienso... ¿por qué "mis" guardianes no han hecho nada con ese par?... se supone que debería estar sola hasta el juicio final.

- ¿Qué quieren? - les digo una vez abro la puerta, ambos me miran como si pensaran mucho su respuesta-

-bueno es que...-la voz del chico sonaba en extremo atemorizada, la mujer ni siquiera quería hablar- nos gustaría hacerle una entrevista... solo si usted lo permite- dijo, aunque su mirada decía, no, rogaba que no lo hiciera-

Acepte.

A ambos pareció salírsele el alma, tengo que admitir que la situación me parecía muy divertida.

Una vez dentro ambos temblaban a muerte y yo, queriendo molestarlos un poco más, también siguiéndoles un poco el juego, les dije que se sentaran en el mueble, mientras que yo arrastraba un banco y me ponía en frente de ambos... parecía que la entrevista fuera a ser dirigida por mí en vez de ellos.

-entonces... ¿Qué quieren? - dije cruzándome de brazos-

- ¿Quién es usted? - soltó la mujer después de unos larguísimos segundos-

Pensé mi respuesta un buen rato... después de todo no es como si siquiera yo lo supiera.

-si me preguntas por un nombre, a esa pregunta no hay respuesta, sin embargo, si te refieres a de dónde vengo... tal vez pueda decirles- dije inclinándome hacia ambos-

- ¿de dónde viene entonces? - agrego el con la voz temblorosa-

-de allí arriba- dije señalando al cielo que se veía desde la ventana enfrente de nosotros-... del cielo- continúe sonriente-

Ambos me miraron pensando por un rato a que me refería, pero ninguno dio la apariencia de haberlo captado.

-soy un ángel, un ángel caído- sin darme cuenta deje de sonreír- eso es lo único que se de mi- ambos chicos solo me miraron, al principio sin creérselo, pero luego simplemente se levantaron y se marcharon-

Escuchar algo así después de lo que paso días atrás no parecía tan descabellado.

Me quede mirándolos ir, esos dos podrían ser mi camino a recuperar mi memoria perdida.

Recuerdos de un angel caidoWhere stories live. Discover now