Nightmares

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AU || edad contemporánea.

Soñar. A todo el mundo le encanta soñar. Puede ser la cosa más esperada al momento de tocar las suaves sábanas que cubren al cómodo colchón luego de un atareado día de trabajo. Según ciertas personas, algunos logran controlar sus sueños —ni idea de cómo—, maravillándose con el poder de su mente, pero soñar no siempre estaba ligado a algo "magnífico", y un niño castaño lo sabía bien.

Era pasada la media noche cuando sucedió el incidente. Un grito agudo detonó en el silencio adormilado de los dormitorios, repercutiendo en la pacífica ensoñación de los habitantes del hogar, principalmente del menor, quien empezó a llorar.

El jefe del hogar, al estar conciente de su turno nocturno, suspiró agotado. Esperaba que por esa noche no sucediera; el día siguiente era principio de semana, lo cual significaba trabajo y despertarse temprano con la ruidosa alarma de su cómoda, la que se encontraba junto al monitor de su bebé. Vaya suerte tenía por tocarle el segundo aparato...

Al llegar a la habitación —a rastras— divisó a su hijastro intentando calmar al pequeño, oleando la cuna mientras se disculpaba en susurros, pidiendo que cesara sus sollozos. La escena le causó ternura, sonriendo de lado, pero su sonrisa desapareció cuando —con la ayuda de la luna— detalló las lágrimas caer por las mejillas del chico.

—¿Callum? —lo llamó bajo.

El nombrado giró rápidamente su cabeza, mostrando pánico al visualizar a su padrastro en la entrada de la habitación.

—Y-yo, lo siento. No fue mi intensión —correteó las palabras a la vez que el mayor se aproximaba.

Harrow cargó a su hijo de la cuna, arrullándolo en sus brazos. En poco el pequeño se tranquilizó, mas no volvió a dormirse.

—No tienes que preocuparte, Callum —le dijo al verlo tan tenso—. No ha sido tu culpa.
—P-pero sí lo es. Yo fui quién lo despertó —confesó triste.

Harrow lo observó un momento. Se encaminó hasta la cama del chico, sentándose en ella e invitándolo a copiar sus acciones.

—¿Por qué son esas lágrimas? —. Ezran jugaba con uno de sus dedos.

—Tuve una pesadilla —respondió decaído, secándose las lágrimas con la manga de su pijama.
El mayor quedó pensativo. Sarai le había comentado sobre los problemas que últimamente tenía el chico para mantener un agradable y continuo ciclo de sueño. No creía que fuera tan grave. Hubo ocasiones en las que despertaba a Sarai por ello, pero él nunca supo que hacia su mujer. Ojalá le hubiera mencionado algo, no tenía claro que hacer en esas circunstancias, pero recordando la experiencia de su niñez, quizá funcione.

—¿Crees que... si te acompaño estés mejor? —se aventuró a preguntar.

Llevó una de sus manos a su cuello para darse apoyo y disminuir un poco los nervios: ¿Acaso no se le ocurrió preguntar de otra forma?

—Por favor.

La sorpresa se dibujó en su rostro, un sentimiento agradable llenaba su pecho.

—¿Les apetece una historia para dormir?

.

.

.

A la mañana siguiente, Sarai se pilló con una de las escenas más tiernas que ansiaba presenciar, sacándole una foto para el álbum familiar: "Dulce sueños para sus hombrecitos".








¿Alguna vez alguien a despertado a sus padres por pesadillas?

¿No? ¿Soy la única?

okno XD

Pos... aquí intenté algo que no tenga que ver con shipps :'v

Disfrutenlo :)

Paz :v/

Drabbles de TDPWhere stories live. Discover now