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Exámenes por delante y una meta.

Marain quería ser la primera en su clase con la mejor nota, algo bastante difícil porque otros superaban su inteligencia, sin embargo, ella no se rendiría. Marain rondaba por los pasillos hasta llegar a su aula en donde a primera hora tendría el examen.

—Cuanto nervios estoy oliendo —murmuró para ella misma—

Y era cierto, todos los alumnos estaban bastante nerviosos, excluyendo a Marain e Iker. Marain se sentó en su silla y acto seguido sacó sus lápices mecánicos y borra.

—¿Me prestas un lápiz, Mari?

—¿Acaso no tienes lápices, Iker? —negó, pues el chico se sentaba ahora al lado de ella gracias al profesor—

—Me los robaron todos —ella suspiró fuertemente antes de darle un lápiz mecánico color vino—

—Se pierde, me pagas dos.

—Tan inteligente como siempre.

🏍️

El examen había empezado. Apenas Marain iba por la segunda hoja de cinco. Lo más raro es que ella no había estudiado tanto ayer pero aún así le parecía fácil hasta ahora.

Por otro lado, Iker iba por la tercera página casi acabándola. Es raro que un chico problemático, que lo único interesante en su vida son los problemas que tiene, sea uno de los inteligentes del salón.

Minutos más tardes se había acabado el tiempo para poder contestar el exámen. Muchos se quedaron por mitad pero Marain e Iker lograron contestarlo a tiempo.

Era la hora del almuerzo, pero la chica no quería almorzar, no estaba de humor por así decirlo.

—Esto sí que es raro. ¿Que Marain Bleach no va a ir a almorzar?

—Cállate, Iker. Me duele la cabeza.

—Así estabas ayer. ¿Ocurre algo?

¿En qué tanto pensaba? ¿Qué es lo que le atormentaba? ¿Por qué se comportaba así?

—No, nada, es solo que estoy pensando en muchas cosas. Hoy me tengo que quedar hasta tarde en el taller de Freddy otra vez, mañana hay examen, pasado tengo que ir con papá hacia un sitio, y no sé qué más —se estiró un poco en la silla—

—Estas peor que yo. Vengo ahora.

Iker salió del aula dejando a Marain sola. Raramente ella quería que Iker estuviese a su lado, que no se moviese ni un segundo, contarle sus temores que pocos eran, sus deseos que muchas son.

—¿Me extrañaste, Mari? —Marain estaba tan despistada en sus pensamientos que ni se fijó cuando Iker había llegado—. Sé que me extrañaste.

—No te emociones, no te extrañé.

¿Otra mentira más, querida? —se pregunto en su interior—

—Que ruda... ¡Mira, te traje esto! —le entregó una bolsa, ella la abrió y vió dos sandwiches y dos jugos—. Un par para tí y el otro para mí.

—No tenías el porqué hacerlo...

—¡Se te están viendo los huesos! Tienes que comer algo, apuesto que desde ayer no comes algo.

La realidad era esa. Marain no había comido desde ayer por la mañana gracias a sus pensamientos. Sus pensamientos son tan peligrosos, que ella puede durar hasta dos días sin comer, pero no es porque no quiera, es porque una mitad de ella le dice que no puede; que no debe.

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⏰ Last updated: Jun 20, 2021 ⏰

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