Mil quinientos peros

1.2K 76 16
                                    

Salgo de la cocina y me apoyo en la puerta quedando totalmente fuera del alcance de la vista de ellos y teniendo yo la mejor visión.
Estaban intentando que Gala se riera mientras Julia le hacia algún que otro ataque de cosquillas a Luis.
Este último se dedicaba a hacer creer a Julia que sí,que había encontrado su punto débil y que aquellas pequeñas manos en sus axilas le hacían morirse de la risa.
Lo actuaba bien pero si Julia hubiera probado como yo ,mil veces lo mismo, sabría que sus mayores cosquillas estaban en su costado.
No interrumpo el momento y los observo desde lejos.
Mi entretenimiento favorito era verlos felices y ni siquera yo lo podría negar.

Me vuelvo a meter en la cocina y en la elaboración de mi elaboradisimo almuerzo y a eso de unos veinte minutos dejo de oir risas al otro lado de la casa así que decido salir.

No me encuentro con ninguno de los tres.
En su lugar hay un post-it.

"Aiti,nos hemos ido al parque.
Volvemos en nada.
Hemos ido a la cocina a avisarte pero te hemos visto tan concentrada cocinando a la vez que entonabas canciones inventadas que hemos decidido decírtelo así.
Te queremos mucho.
Luis,Julia y Gala.

Pd:Tranquila que hemos cogido abrigo.

Había sonreído desde el principio hasta el final recordando que siempre que vamos a salir toca discusión de abrigos.
Dejo el post-it en la nevera con un imán y sigo a lo mio.
Una sonrisa,un beso,un abrazo,un post-it en la nevera...pequeños detalles de Luis que sin querer hacían feliz a cualquiera.

Cuando mi plato está totalmente elaborado pongo la mesa y suena el timbre.
Abro y me encuentro a mis tres personas favoritas,para ser sincera,un poco mas llenos de tierra de lo normal.
-Hola.
-Hola mi amor,¿Sabes algo?
Niego con la cabeza mientras dejo un casto beso en sus labios.
-No,dime.
-Cualquier lugar es casa si cuando olvido las llaves eres tú quien me abre la puerta.
Sonrío abiertamente dándome el lujo de disfrutar de él.
-Que guapo te has puesto para bajar al parque.
De pronto sus mejillas se vuelven rojas y yo le miro con ternura.
Se da cuenta enseguida de que me he percatado del color de su cara.
-¿Que quieres? Eres muy exagerada
-Quiero que sepas que me encantaría que dejaras de ser tan inseguro y que vieras todo lo bueno que hay en ti.

Lo miro a los ojos y me dedica una sonrisa sincera.
Una de esas en las que se le achinan los ojos y saca su lado mas infantil.

Él era ese chico,el de los mil quinientos peros que te mira a los ojos y te quita las dudas de golpe y porrazo.

El Silencio Dijo SíWhere stories live. Discover now