El Silencio Dijo Sí

Imprefectamente perfecta

Lo malo de que un cumpleaños caiga un domingo es que el lunes hay que ir al colegio y esto mis hijas no lo llevan nada bien.

-¿Por qué hay que ir al colegio?No me gusta.

Llego a la habitación de Gala escuchando esa frase.
Julia la mira con cara de cansancio,parece que ya se lo ha explicado un par de veces hoy.

-Gala,tienes que aprender cosas y para eso está el colegio.

Sin ser consciente la ha vestido y peinado,a su manera,pero la ha peinado.

-¿Mamá y papá han ido al cole?
-Claro,pero ahora trabajan.
-Pues que suerte.

Julia se ríe,Gala causa lo mismo en ella que ella en nosotros con esa edad.

-Si vas al colegio contenta luego podemos convencer a mamá para que nos lleve con Aiti.
-Has aprendido a hacer chantaje igual que papá.

No lo iba a negar,iba a ser mi momento favorito del día.
Aitana se coloca detrás de mi y me susurra al oido para que las niñas no se den cuenta de nuestra presencia.

-Te he mandado a meterles prisa,no a que te quedes escuchandolas.
-Son tan monas.
-Eso lo han sacado de mi.

La miro dándole la razón por dentro y negando por fuera.

-Te odio.
-Me adoras.

No había discusión ante esa afirmación.
Al fin y al cabo era la única que hacia que todo fuera más bonito,que me hacía sentir vivo y es que era una fortuna seguir teniendola.
Ojalá todas las primeras veces que me faltaban fueran junto a ella.

-Pero cada vez que me picas te adoro un poco menos.
-Anda,que llegamos tarde,Pedrito.

Y quizá no era la respuesta que esperaba pero la sonrisa que acompaña a Aitana mientras hace su camino de vuelta consigue dejar atrás culaquier respuesta válida.

Con una sonrisa consigue que aparezca la mía y que cuando las niñas salen de la habitación presencien mi cara de idiota.

Un idiota enamorado de una familia que sin querer,era imperfectamente perfecta.