Evocando a la Luna #4

Compañero destinado a mi.

Se acabó.

Este es el final.

Amado mío... Compañero mío, mi alma.

Desde que te fuiste todo me parece irreal, estás aquí, conmigo, sin estarlo de verdad, todo me recuerda a ti, te veo en todos lados, a donde sea que voy... Estas.

No hay nada que te borre de mi cabeza, estás gravado con sangre y fuego en mi corazón, en mi alma, y eso nunca se borrará.

Estoy muriendo un poco cada día por amarte profundamente... Por perderte de forma tan cruel...

Te sigo buscando en todo lo que me trae algún recuerdo de ti, rogando para poder verte de nuevo, para poder decirte todo lo que no pude en su momento, estoy sola, me has dejado sola.

¿Por qué?

Me prometiste que nunca te separarías de mi lado.

Tú me lo prometiste...

¿Por qué te fuiste entonces?

¿Por qué me has abandonado?

Si, tengo bastantes quejas contra ti, contra este destino que solo sabe escribir melodías crueles... Pero eso jamás anulará la lealtad de mis sentimientos...

Imposible olvidarte... ¿Cómo podría?

Me has dejado un tesoro de recuerdos tan bellos que sigo manteniéndome con esperanzas por cada uno de ellos.

Nunca existirá ninguno como tú, lagrimas he derramado por esta historia de amor, miles de sueños congelados a la espera de tu regreso.

Y esa es la pregunta.

¿Regresarás?

¿Volverás a mí algún día?

Este es el final...

Mi final.

Pero si es mío... Entonces no debería terminar así.

Si esto es mío... Tengo derecho a burlarme del destino que se ha escrito, tengo derecho a despreciar sus designios.

Y no dejaré que me convierta en la protagonista de una tragedia.

No voy a ser la protagonista de esta tragedia.

E.