Comienzo

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Bruce abrió los ojos lentamente, como cuando despiertas de un largo sueño y tu cuerpo aun esta tan cansado que se niega a salir de estado de reposo. De hecho cada miembro de su constitución pesaba más de lo que recordaba.

Las voces lejanas iban tomando fuerza, aunque no por ello eran más comprensibles. Si debía comparar diría que por la entonación fuerte y rasposa sonaba como... ruso.

Una burbuja de aire paso frente a sus ojos y sólo hasta ese momento noto el líquido rosa que lo rodeaba y era contenido dentro de la capsula de vidrio en que se hallaba y le permitía mirar lo que dedujo era una bahía médica.

Con un sonido de succión el líquido fue desapareciendo, luego la mascarilla que le proveía oxígeno y que noto en ese instante, cayo permitiéndole respirar libremente.

―Es totalmente natural que te sientas desubicado. El tratamiento regenerativo es un tanto agresivo, pero bastante eficaz ―dijo un hombrecito rechoncho de piel azul y cabello naranja que parecía estar esforzándose por trasmitirle confianza.

Bruce apretó los dientes sintiendo la basca subirle por el esófago. Un sonido mecánico se hizo presente y luego un leve zumbido le siguió.

―Estamos por retirar el soporte vital. Sentirás molestia en la base del cráneo, y cualquier otra zona cuyo desgaste fuera mayor, es decir lesiones o fracturas ―informo el rechoncho sujeto con voz tranquila y pausada.

Bruce jadeo ante tal información, él no recordaba haber tenido ningún accidente de gravedad, sin embargo su mente gritaba que apretara los dientes porque le iba a doler, y mucho.

De un tirón fue retirada la aguja en la base de su cráneo, una acción que comparable a sacar una astilla, y luego...

Bruce soltó un alarido, todos los músculos de su cuerpo se contrajeron de una manera tan dolorosa que incluso aquel grito desgarrador fue nada en comparación de lo que experimentaba. Sus boca se abrió hasta donde pudo mostrando sus dientes blancos y perfectos cubiertos de saliva. Sus fosas nasales también estaban abiertas, de hecho aleteaban como las alas de una mariposas, como si el aire que entraba por ellas fuera en realidad navajas al rojo vivo que le laceran cada conducto por donde pasaba.

Los presentes en la habitación comenzaron a correr, parecían seriamente preocupados y desconcertados del resultado.

Bruce convulsiono aun dentro de la capsula, hasta que arqueo la espalda de manera antinatural. Cada tendón se tensó como la cuerda de un violín a punto de reventar. Sus huesos parecían estar siendo triturados y hasta el último de sus folículos capilares ardían. No había ni un solo lugar en donde Bruce no sintiera dolor.

Y luego de lo que pareció una eternidad al fin aquel tormento llego a su fin. Con un suspiro nacido desde el fondo de su alma Bruce se dejó caer en los bondadosos brazos de la inconciencia.

―¿Pero qué rayos ha sucedido? ―demando saber Erel entrando a toda prisa a la sala de criogenia y colocándose de inmediato junto a Bruce sin ocultar su preocupación.

―Señor ―dijo el médico inclinando la cabeza, yo... no sé qué pudo haber...

―Altlan, lo puse en tu manos porque confié en ti y...

―Majestad ―intervino uno de los ayudantes de galeno, un sujeto larguirucho cuya cabeza no tenía ni un solo cabello ―el terrícola está bien. Le aseguro que...

―¿Cómo puedes decir eso después de lo que vi? ―interrumpió Erel con ira en la mirada.

―Excelencia, nosotros no sabíamos que el terrícola sufría de lesiones tan profundas ni cuantiosas. El proceso regenerativo trato cada célula, hasta las más antiguas, por ello el shock que sufrió al salir del estado inconsciente fue abrumador.

FelicidadWhere stories live. Discover now