🥊Capitulo 47🥊

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Pov April

No sé cómo, ni cuando, me encontraron, lo que sí se es que, al llegar al hospital mi abuelo falleció. No puedo negarlo fue el peor hombre, pero, aun así era mi familia. Entre en estado de shock, no quería hablar, no quería comer, no quería beber nada.

Gael al igual que Matt se encontraban en sala de operaciones. Mis lágrimas no dejaban de cesar.

¿Brad? No logro llegar a tiempo, le toco lo que tenía que tocarle.

-¿Hija? -cierro mis ojos al escuchar a mis padres-

Quisiera hablarles, pero, no sé, siento como si me hubieran dejado sin lengua o algo por el estilo.

-El Doctor te hará unos chequeos. -esta vez me dirige la palabra Kaylee-

Bajo mi rostro y puedo sentir un crujido en cuanto entran a la habitación.

-Bueno señorita, le haré unos chequeos, señora Evans y señor Evans, favor de salir de la habitación. -por el rabillo del ojo puedo ver a papá salir, al ver a Kaylee seguirle la detengo- Si la señorita la desea aqui, puede usted quedarse.-

El Doctor alza mi rostro y chequea mis ojos, luego mi respiración, mis oídos, toma mi pulso.

-Esta en perfecta condición física. -puedo ver como comienza anotar- Señora Evans, podría hablar con usted en privado

-Si, claro. -escucho que dice seria-

Vuelvo y bajo mi rostro y miro al suelo fijamente.

***
Pov Kaylee

Al entrar mi esposo y yo a la oficina tomamos asiento mientras el Doctor termina de tomar nota.

-Su hija tiene algunos traumas, tienen que darle estas pastillas, no pueden obligarla a hablar, no la obliguen a salir al menos que ella se sienta preparada, tienen que llevarla a terapia para que no se sienta culpable de todo lo que ha sucedido. -asiento mientras puedo sentir como mi esposo toma mi mano- Tienen que estar pendiente a que se alimente y tome agua, no la dejen sola y si pueden, trate de que sus clases sean en línea por el tiempo que sea debido.-

-Okay, haremos todo lo posible, gracias Doctor. -me pongo de pies y salgo en conjunto con mi esposo-

Respiro hondo y limpio todo rastro de lagrima, al llegar a la sala de espera tomo asiento con todos los demás.

-Madrina, ¿Todo bien? -observo a Leah y le sonrio-

-Si, solo hay que estar pendiente a ella. -acaricio su mejilla-

Suelto un suspiro mientras escucho a los Evans.

-Lo mejor aunque se nos haga difícil, es que todos vivamos juntos. -los observo-

-Claro, de acuerdo con ustedes. Solo por un tiempo. -admito-

Todos asienten mientras decido volver a la habitación de April. Se encontraba mirando a un punto fijo algo lo cual me preocupaba demasiado.

Lo mejor será llevarla a casa y que descanse.

-¿Cariño? -me acerco a ella- ¿April?

Esta alza su rostro y sin más me abraza.

-Todo fue mi culpa.. -su voz se escucha destrozada- Me dio a elegir entre uno y ahora ambos están debatiendo entre la vida y la muerte.-

Se me forma un nudo en mi garganta mientras le correspondo y acaricio su espalda.

-Estaran bien, ¿Vamos a casa, si? -esta se pone de pies y me comienza a seguir-

***
Pov April

Al salir de la habitación observo a todos, pero, decido ignorarlos. Todo esto es una mierda, siento como alguien me toca y me alejó caminando hacia donde se encuentra la sala de espera de operaciones.

-Hey, April. -miro a Dante y este sin pedirlo me acurruca en sus brazos- Saldrá bien. -siento como acaricia mi cabello-

Puedo sentir como otros brazos acurrucan mi cuerpo y dejo salir todas las lágrimas que he contenido desde que había llegado al hospital.

***Horas después***

Era tarde, todos se encontraban durmiendo y yo sin poder echar el ojo. Tenía una habitación sumamente grande, las paredes llevan un color Violeta delicado, algo totalmente a mi gusto.

Aún así no dejaba de pensar en Matt y en las última palabras que me había dicho.

-Te amo.-

Muerdo mis labios para contener las lágrimas. Duele saber que no pude hacer nada, duele saber que tal vez uno muera y el otro tenga la suerte de vivir.

Al salir de mi habitación, bajo las escaleras para dirigirme hacia la cocina, jamás me imaginé que mis padres tuvieran una mansión aquí en Nueva York, pero, bueno así es la vida.

Abro el refrigerador y este está lleno de comida, dulces, etc. Decido cerrarlo pues el poco apetito que tenía se me fue. Tomo una botella de agua la abro y comienzo a tomar de esta.

Me acuesto en el sofá mientras miro el techo a un punto fijo. Solo es una pesadilla, todo volverá a ser como solía ser. Puedo sentir como mis ojos comienzan a cerrarse y en cuestión de nada caigo rendida en un sueño pesado.

La Chica Boxeadora Where stories live. Discover now