-¿Qué es un Baskin Robbins?- Se detuvo a leer más acerca de aquel local.
Helados...
-Suena bien- Sonrio y entro al local.
Se dirigió directamente al mostrador, detrás de este estaba un chico tal vez de su misma edad y realmente atractivo, sonrio coqueto. Antes de que el hablara el otro se adelanto.
-Muy buen día, bienvenido a Baskin Robbins, ¿Qué desea hoy?- Finalizo con una sonrisa de cortesía. Eso hizo que el chico se viera más guapo.
Ni siquiera se dio cuenta que se habia quedado en silencio por mucho tiempo.
-¿Disculpe?- El hombre pasó una mano frente a el, asi que reacciono.
-Perdon ehh... - Entre cerro los ojos para leer el nombre de aquel chico, sonrio - ¿Scott?- El otro asintió con una sonrisa -Bien yo soy Peter, veras vengo del espacio y esta es mi primera vez aquí en la tierra después de tanto tiempo y no se como funciona esto... quiero uno- señalo la imagen de un helado en la pared.
Scott lo miro confundido, acaso aquel tipo bromeaba con el. Miro los ojos de aquel hombre para después observar mejor su vestimenta muy rara por cierto, su cinturón tenia... ¿Esas eran armas? Volvio su vista al tipo, este le observaba con una sonrisa estupida. Al parecer no mentía sobre que no era de ahí.
-Bien- Scott lo tomaría con calma- Como es tu "primera vez" te prepararé uno simple pero... que a todos les gusta- Se giro para preparar el helado, sintiendo la mirada curiosa del otro, no pudo evitar sonreír.
Realmente no sonaba tan loco eso de que... Peter viniera del espacio, con lo que pasó hace años en Nueva York, estaba más que confirmado que había vida en el espacio. Y bueno el usaba un traje que reducía y aumentaba su altura, no era tan raro, claro que no.
Termino el helado y se lo tendió a Peter, el cual lo tomó con demasiado cuidado, haciéndolo reir.
-Es vainilla, a todo el mundo le gusta, o bueno en su mayoria- Peter lo miraba dudoso, pero al fin accedió.
Tomo un bocado y no pudo evitar sonreir.
-¡Esto es delicioso!, en el espacio no hay cosas como estas, o las hay pero no están tan buenas- Iba a dar otro bocado cuando su comunicador empezo a sonar, se trataba de una emergencia, miro a Scott y este le regreso una mirada confundida -Scott me tengo que ir, en verdad muchas gracias por el helado, tal vez después te invite a una cita- Le sonrio por última vez y salió corriendo hacia la salida.
Scott se quedó viendo la salida con una sonrisa, tal vez no había pasado mucho tiempo con aque hombre pero en verdad fue un poco divertido tenerlo ahí aunque... no le haya pagado.
-¡SCOTT! - El gerente grito, era más que obvio que lo había visto, cerro los ojos - A mi oficina ahora- y se fue por donde regreso.
Scott suspiro caminando hacia aquella oficina. Fruncio el ceño.
-Ese idiota...-
Después de eso Scott fue despedido, pues no era la primera vez que a nuestro querido Lang se le escapaba un cliente de esa forma.
Después de 10 años...
-Entonces después de unos días volví a reencontrarme con el, solo que esta vez me gritó y me acuso de que lo habían despedido por mi culpa...- Guardo un poco de silencio, para después alzar los brazos con una sonrisa - ¡Y esa fue la historia de como conocí a tu padre! El amor de mi vida-
La pequeña Cassie de 10 años aplaudió con emoción, pero después fruncio el ceño. Quill miro a su hija y bajo los brazos.
-¿Sucede algo pulga?- La menor asintio.
-Para conocer al amor de mi vida... ¿Tengo que hacer que lo despidan?- Pregunto confundida.
-Eso me funciono- Dijo alzando los hombro levemente.
-Definitivamente no- Hablo Scott, quien estaba atento a la conversación de su esposo e hija
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Si ven errores no duden en decírmelo.
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