M U E R T E

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Los ruidos a mi alrededor era difusos, las voces y los gritos se escuchaban tan lejanos. Mis ojos se encontraban cerrados, la luz calaba en ellos y no podía enfocarlos bien. Giré mi rostro y comencé a hacer esfuerzos desesperados por estar consiente, el cansancio golpeaba mi cuerpo y mis ojos no querían hacer más que ceder. Los cerré tratando de tranquilizarme y dentro de poco los volví a abrir. Miré con el ceño fruncido toda la habitación, giré mi vista al techo tratando de no verlo borroso. El sonido agudo e insistente de algo perforaba sin cansancio mis oídos, el sonido de voces comenzaba a hacerse más cercano y dentro de un momento a otro, todo encajó. Quite de mi todo cansancio y enfoque rápidamente mi vista en el techo, me quite rápidamente las frazadas y alcé mi cuerpo tratando de salir de la cama.

— ¿Qué...? — me detuve al sentir algo dentro de mi mano, observé atento la pequeña aguja asegurada con cinta en esta, hice una mueca de desagrado y trate de quitar la intravenosa de mi, estaba totalmente confundido y las imágenes de lo que había pasado esa noche no dejaban de llegar a mi como rápidas fotografías.— Nagisa... ¡Nagisa! — comencé a mover la aguja de manera más insistente, haciéndome daño y provocando que sangre comenzara a salir.

— Detente, solo te harás más daño.— mi vista rápidamente viajo a esa voz, observé con confusión a el hombre peli negro mientras me daba el tiempo de adivinar que estaba en la habitación de algún hospital, ¿ya habíamos vuelto?, ¿dónde mierda estaba Nagisa?

— ¿Qué haces aquí?, ¿qué hago aquí?, ¿¡dónde está Nagisa?! — la frustración y el miedo era tan palpable en mi voz, el enojo comenzó a recorrer mi sistema cuando no me respondió nada, giré mi vista y arranqué la intravenosa correctamente, tomé una sabana y limpié la sangre que salió de mi brazo, al momento de levantarme todo dio vueltas y mis piernas fallaron, volví a sentarme y tomé mi cabeza entre mis manos. ¿Qué mierda me hicieron?

— ¿Qué parte de que te quedes aquí no entiendes?, tendré que amarrarte a la maldita cama si no cumples.— observé esos ojos grises con molestia, no me intimidaron aunque la frialdad destilaba en ellos.— Nagisa está bien, fue sometido a cirugía para sacar la bala de su costado izquierdo, tuvo suerte al no golpear un órgano vital... — sabía que no me estaba diciendo todo, lo sabía al verlo vacilar y esas muecas en su rostro, me preparé mentalmente para lo peor, ¿había algo mucho peor que ver tirado en el suelo a la persona que amas por una bala?, al parecer si, la muerte.

— No me estás contando todo Koro, ¿qué más pasó? — la voz me tembló involuntariamente, mis manos temblaban y mis ojos esperaban expectante que sus labios se movieran para que la noticia me golpeara.

— Su corazón... — la sangre se me heló por completo, mis ojos se abrieron en par y mi labio inferior comenzó a temblar.— Su corazón se detuvo dos veces en plena cirugía, perdió mucha sangre y los paramédicos lo encontraron inconsciente, trataron de reanimarlo en la ambulancia, lo consiguieron pero tenían que llegar rápido, la sangre que perdió había sido demasiada, no tenían esperanza de que sobreviviera. Logró llegar vivo al hospital y lograron intervenirlo a tiempo pero a los minutos sufrió su primer paro, lograron reanimarlo y siguieron, cuando lograron sacar la bala y ya iban a suturar... — apretó sus labios fuertemente y giró su rostro con los ojos cristalinos, jamás había visto llorar a ese hombre por alguien, eso hizo que mi corazón se sacudiera totalmente dolido, esto era fuerte.— pero volvió a sufrir otro paro, iban a declarar su hora pero el doctor se aferró y siguió tratando de resucitarlo, al final lo consiguió y lograron suturarlo sin complicaciones. Actualmente está estable, está en la habitación continua, acabo de visitarlo y él está bien, necesita descansar al igual que tú así que llamaré a la enfermera para que te vuelva a poner esa aguja y te quedarás en cama hasta que te den de alta.— suspire y mire al suelo, observé las gotas saladas que comenzaron a caer en mis manos y en la bata de hospital que portaba mi cuerpo, no sabía en qué momento había comenzado a llorar pero era lo de menos, mi corazón dolía pero a la vez estaba totalmente aliviado, estaba tan cerca de perder a la persona que amo solo por un jodido enfrentamiento y no estar pendiente de él. Mordí mi labio inferior tratando de acallar los sollozos, mi corazón dolía y se oprimía al imaginar a Nagisa tendido en una cama totalmente inerte, frío y sin nada de color en sus preciosas mejillas, pensar que estuve a punto de jamás volver a ver sus ojos celestes llenos de brillo y totalmente expresivos, esas hermosas sonrisas tímidas, su ceño fruncido cuando se enojaba haciendo que solo se vea más adorable, sus pucheros cuando no conseguía algo, sus tartamudeos cuando cruzaba la línea de amigos y esas hermosas caricias acompañadas de sonrisas cálidas que solo eran para mi. Pensar que estuve a punto de perder todo eso me pone realmente mal.

Devuélveme el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora