Steve Rogers y Tony Stark (Omegaverse 1/6)

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Cubrió sin importancia las mordidas que se veían en la parte de su cuello, clavícula y hombros.

No representaban para él más que una molestia momentánea.

Ser un Beta... Tenía sus ventajas.

—¿Diga? —El celular lo sostuvo entre el hombro y la oreja, usando las manos para abotonar su camisa.

—Buenos días ¿Usted es Anthony Stark?

—El mismo.

—Verá... Yo ví el anuncio y bueno... Quiero saber si esta disponible esta noche.

Su trabajo consistía en "Compañía".

Especialmente para Alfas.

Admitían que dentro de su celo, eran más agresivos y sumamente irritantes, pero él no era un Beta débil y sinceramente lo prefería a un Omega.

El celo de un Alfa duraba un día; el de un Omega tres.

Varias veces vio como contrataban a varios Betas para pasar el celo con un sólo Omega.

—Si, lo estoy.

—Perfecto. —La voz se escucho aliviada pero ansiosa.

Acordaron la hora y el lugar.

Tony no se quejaba, la paga era buena, tenía un buen seguro –los Alfas a veces no medían su fuerza– y no vivía con el miedo de quedar enlazado.

Se baño y cumplió con su día a día.

La ciudad era imparable, miles de personas corrían por todos lados.

Era una fortuna que él ya no tenga que hacerlo.

"Sino es un Alfa, la Industria no le pertenece" Con ese simple y estúpido argumento, había perdido todo lo que alguna vez le dejó Howard Stark.

Ni siquiera los Betas eran valorados.

"Son simples prostitutos".

Cuando llegó la hora acordada, vistió lo mejor posible y se dirigió a la gran cafetería de Brooklyn.

—¿James Barnes? —Preguntó a la chica que atendía en la barra.

Ella apuntó hacia un castaño fornido.

Tony no sentía sorpresa alguna; todos los Alfas parecían ser perfectos de la cabeza a los pies.

—Señor Barnes. —Saludó mientras lo miraba parado.

—¿Anthony Stark? —Él asintió.

El hombre lo invitó a tomar asiento.

El silencio en la mesa lo hizo mirar por la ventana.

—Es muy puntual.

—Algunos clientes son muy impacientes, así que tuve que tomar esa maña. —Argumentó— ¿A dónde iremos?

El castaño simplemente negó.

—Yo no lo contrate. —Los claros ojos del sujeto lo confundieron—. Mi mejor amigo es el cliente.

—¿Disculpe?

—Él ahora está en su casa... Encerrado. —El castaño de cabellos largos le sonrió incómodo—. Él me pidió que lo contratará.

Tony se recargo en la silla y lo pensó.

Bueno, si le iban a pagar, era lo mismo.

—De acuerdo. —Aceptó.

Ambos salieron de la cafetería y James se ofreció a llevarlo.

Sí estaba en celo, al menos no tendría que presentarse y perder el tiempo.

Entre más rápido, mejor.

Diferentes Formas De AmarTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang