En Lo Más Oscuro. 《CHRISERICK》

21: En Abstinencia.

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-¿A dónde me lleva, Félix?

-Ya le dije que me llamo Felipe y tambien ya le dije que no se, sólo me dieron la dirección.

Daniel estaba acostado en los asientos de atrás del auto con los pies en la ventana, le importaba poco que el carro valiera más que su vida.
Esa tarde después de trabajar Zabdiel le había pedido que salieran.
Normalmente cuando aceptaba algo como eso, sólo tomaba su teléfono y se iban, pero estaba vez específico que queria verlo con la mejor ropa que tuviera.

Eran unos idiotas, Zabdiel siempre era idiota pero esta vez Daniel también se consideraba así por hacer caso.

Además que Zabdiel lo hizo prometer que por lo menos una vez a la semana iba a aceptar una de sus invitaciones.
Ese día era hoy pero no sabía ni a donde iba.

-Félix, ¿Usted cree que me veo bien?

-Ensuciando el carro y tirado como un vago, no. No lo creo.

-¡Me refería a la ropa!

-Ah, no lo sé, no lo vi.

-¿Tiene usted trabajando mucho con Zabdiel?

- Si, unos años.

-¿Cuántos?

-Unos 7... trabaje con su papá primero pero ahora que el jefe va a tomar su descanso, el joven decidió que tenía que llevarlo a usted que ni tengo idea de quién es.

-¡Pues soy... bueno... No se quien soy, tiene razón.

-Aunque, por la forma en que el joven pidió que trabajará en esto supongo que es alguien importante para el.

-No creo, ni amigos somos.

-Pues es extraño, yo soy jefe de seguridad, dirijo a a los guardaespaldas y los agentes bajo mi mando son graduados pero el Joven casi suplico que me volviera su chofer tambien. Me negue. Pero me aumentó sueldo.

-¿No es usted muy joven?

-Soy un anciano de 32.

-¡Eso no es ser anciano! De seguro debe tener por lo menos un hijo de 15 eso no es ser un anciano.

-No tengo hijos, de hecho ni esposa.

-¿Por qué? -Daniel se sentó bien, y se metió entre los asientos para ver mejor a Felipe.

-Tengo mucho trabajo y...

-¿¡Que es este lugar?!

Grito Daniel al notar que entraban por un gran portón automático y veía hombres de traje parados recibiendolos y uno muy guapo con una sonrisa resplandeciente. Como si estuviera feliz de que llegaran.

- ¿El quien es? El guapo de coleta.

-Nadie...

-¿Cómo que nadie? Usted dijo que eran sus subalternos.

-Nadie importante.

-Voy a pedirle su número. - dijo Daniel.

-¿Qué no usted está con Zabdiel?

-Eh... ¿Y que no usted dijo que era nadie?

El silencio continuo hasta que vio como todos hablaban con sus trajes y el tipo de coleta seguía mirando al auto con esa sonrisa.

Estaba por abrir la puerta.

- No, sólo espere. -hablo Felipe.

Miro más guardias y después a Zabdiel saliendo a paso rápido y elegante quitando un botón de su sacó para abrirlo y correr hacia el.