Who

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       FINN

No puedo dejar de mirarla y ella lo nota:

—¿Cuándo me vas a pedir que sea tu novia —me sonrojo un poco—, o por lo menos dejarás de verme así? —ríe—Finn, me confundes y no sé cómo presentarte a los demás.

Bajé la cabeza con una sonrisa socarrona, la tome de su mano y la llevé a ese lugar que desde un principio le había dicho que encantado, estaba oscuro pero al adentrarnos más se iluminaba por las luciérnagas, el movimiento del agua era tranquilo. La mesa ya estaba preparada con su vela y vino,con langosta que preparé y ella me ve sorprendida.

—¿Desea usted sentarse, mi dama? —ella lo hace.

Intentamos comer pero no puedo dejar de mirarla y ella a mi con curiosidad, agregando ese brillo en sus ojos.

—Finn—me ve divertida.

—¿Desea postre? Pastel de chocolate —niega con una enorme sonrisa en su bello rostro.

—Okay—le sirvo—Me gustas Sel—levanta coqueta la mirada—¿Te-te gustaría ser-?

—Si.

Wow, fue más fácil de lo que imaginé. Suena mi celular, una, dos, tres, cinco veces. Resoplamos.

—¿Bueno? —contesto entre dientes.

—¡Finnegan! —chilla Chan.

—¿Qué quieres?Ahora no puedo.

—Finnegan.

—¿Qué? Tu nunca me dices así.

—Le voy o-o le pedí matrimonio a Maggie, porque llevamos como dos años e-e íbamos caminando, vio un anillo que le gustó, insistí en comprárselo y cuando tenía la caja esa, me arrodille ¡Y bum!

Estoy apunto de tirar el aparato.

—Entraste en pánico.

—¡NO ANIMAL!

—¡Entonces no molestes! —cuelgo y veo a Sel—Perdón, era Chan.

—Está bien.

Me roba un beso.

      CHANDLER

Odio que me digan "Chan", ni que fuera chino, lo irritante es que Maggie llamó a "Su más uno", ¿Qué verga es eso? ¡Yo soy su amor, no la chaneque de Valk! Y la muy perra lleva rato chingando con "Chan".

La morena camina hacía a mí con una cara preocupada.

—¿Qué? —suelto fastidiado.

—Chan... —gruño—. No me gruñas—abre aún más sus ojos expresivos.

—Bien, ¿Qué?

—Si te vas a poner en ese plan...

—Ya mujer, ¿Qué quieres?

—Te me calmas—lo hago—. Bebé perdón, pero no me gusta la forma en que me hablaste sin ninguna razón —asiento haciendo que ella prosiguiera—.Chandler, no hemos tomado en cuenta varias cosas, ni siquiera lo hemos hablado, como ¿Dónde vamos a vivir?

—En México—la interrumpo y ella se sorprende.

—Bueno, pero... Mi carrera, faltan seis años para terminarla y no lo voy a abandonar, la terminaré, trabajaré y al mismo tiempo escribiré mis propias investigaciones. ¡Mis pasantias!

Me quedo en blanco, seco y como si estuviera jugando estatuas de marfil.

—¡¿Seis años?! ¿Acaso le revisaras el cerebro al Frankeinstein? ¡Ni siquiera tendrías que estudiar tanto! Y esos tutores tuyos te tratan mal.

GHOSTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora