Me lanzo a los brazos de Jared sin pensarlo. Me hundo en su cuello, me embriago de su perfume, huelo su cabello, toco su espalda con manos que no hacen justicia a las ganas que tengo de tener unas más grandes para sostenerlo mejor.
Él me abraza de vuelta como si hubieran pasado años.
Nos separamos un poco para mirarnos, luego nos reímos
- ¿Soy tan predecible? - pregunta.
Niego con la cabeza.
- Yo soy demasiado astuta. - alzo las cejas. - Acabo de descubrirlo.
Jared me besa por toda la cara y me libera de su fuerte agarre. Vuelvo a la realidad y recuerdo dónde estoy. La gente nos observa y sacan fotos con sus teléfonos, lo que me hace tomar distancia de Jared porque estoy nerviosa.
- Margaret. - Jared llama mi atención. - Que no te importe.
Se refiere a las personas, y realmente no puedo hacer que no me importe. Esto significa salir en sitios de internet y recibir más odio de las fanáticas que antes.
Estamos demostrando amor en París, la ciudad del amor. ¿Cómo superar eso?
Nos sentamos con Gideon y Terry, y a comparación mía, todos se ven muy cómodos con el interés de las personas fotografiando indiscretamente y sacándose fotos con la espalda de Jared, quien está vestido con colores vivos y figuras extrañas que no llaman para nada la atención.
Reniego a mis adentros, con la mirada fija en mi cena.
Jared toma mi mano sobre la mesa, y mi instinto veloz la intenta retirar, pero él la sostiene más fuerte, y con la mirada gélida me dice que todo estará bien. Así que me relajo y me convierto verdaderamente en el gato con botas, por la mirada que he puesto.
- Mañana temprano en la oficina. - me ordena Terry antes de irse, luego apuntando con el dedo a Jared, vuelve a decir: - No la distraigas.
Leto levanta las manos en rendición, con cara de yo-no-fui.
- No prometo nada. - lo reta.
Terry se va riendo. Gideon, por otra parte, nos lanza una mirada de pocos amigos mientras se despide de nosotros con la mano.
Me pregunto por qué el modelo será tan descortés, especialmente conmigo. Ni siquiera nos dimos el tiempo de conocernos un poco antes de que empezara a odiarme.
Jared nota mi expresión dudosa y pregunta qué me sucede.
- Gideon. - contesto. - No lo entiendo.
Entrelazando sus dedos con los míos, Jared Leto y yo empezamos a caminar. Todavía tengo que pellizcarme disimuladamente para convencerme de que estas cosas son reales.
- Yo sí lo entiendo. - contesta sin preocupación. - Yo le gusto.
Espera, ¿qué?
-¿Estás diciendo que Gideon es...?
- Gay. - vuelve a contestar Jared. - No eres tan astuta, preciosa. No puedo creer que no te dieras cuenta.
Se burla de mí.
Mientras tanto, yo sigo en shock.
Se me vienen a la mente todas las veces en las que Terry me dijo que el modelo era una persona difícil, pero yo imaginaba que era por su infancia sin su padre.
- Me odiaba incluso antes de que tú y yo... - hago énfasis en lo nuestro.
- Permítame disculparme por eso. - me susurra al oído. - Fue mi culpa.
