Momento justo

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En un viaje a Madrid, en un evento cultural, me toco escuchar a una escritora, Rosa, le puse atención porque mi abuela, la luz de mis ojos, llevaba el mismo nombre. Sus palabras se quedaron guardadas en mi memoria:

"La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de que aún no has vivido y de la que ya no vas a poder vivir. Y el momento justo de la acción es tan confuso, tan resbaladizo y tan efímero que la desperdicias mirando con aturdimiento alrededor."

...
Entró a su habitación, la soledad de la misma se cargo en él al doble.
Había sido un día de esos que se quieren olvidar, primero, la suspensión de la función a falta de electricidad, después la comida que a pesar de estar rodeado de todas sus compañeras se sentía vacío, aislado, fuera de su elemento y ahora, la ausencia total de otro ser vivo tampoco le reconfortaba, simplemente no encontraba su lugar. Se dejó caer en la cama, como si estuviese cansado de todo lo que le rodeaba, como si no tuviera razón para existir, como si todas las esperanzas, oportunidades, sueños, anhelos se hubieran quedado aquella noche en los estacionamientos de televisa.

Flashback
27 de agosto, estacionamiento de televisa san Ángel.

-vic...- el actor tomó aire con evidente nerviosismo, y es que no sabía si era real o un espejismo de su necesidad y ganas de verla -¿Victoria?- articuló como pudo. Y es que minutos atrás había pedido un deseo, verla una vez más... a solas de ser posible.
Ahí la tenía a dos pasos de distancia, en un estacionamiento donde solo se encontraban ellos dos. En otro momento de la vida, se hubiera lanzado a sus brazos para probar sus labios, con la intención de recordar que es sentirse en el paraíso, luego sin pensarlo la raptaría y llevaría al departamento, al lugar que desde algunos años atrás al lado de ella había convertido en su hogar, pero ahora no conocía el terreno que estaba pisando, ni siquiera se atrevía a cortar el par de pasos que se interponía entre ambos, sus piernas querían hacerlo pero su cabeza no se lo permitía. mientras se debatía mentalmente qué hacer una dulce voz quebró el silencio:
-Salía del ascensor cuando te escuche maldecir por tus llaves- se le pintó una muy leve y pequeña sonrisa en su rostro, que en automático iluminó los verdes ojos de él y derrumbó cualquier muro que esos días se había formado intentando protegerlo
-sí, bueno...- levantó los hombros como buscando una excusa, al no encontrarla solo sonrió ampliamente, lo que sintió Victoria era indescifrable, solo sabía que amaba verlo sonreír y de ser posible viviría viéndolo de ese modo.
-se supone que la que perdía las llaves era yo...- dijo y empezó a buscar algo en su bolsa muy concentrada
-no se supone, las pierdes muy seguido- volvió a sonreír mientras la miraba con mucho detenimiento, como intentando grabarse cada facción de su rostro. Ella volteó y frunció el ceño
-mejor no sigas...-
-esta bien, lo siento ¿qué buscas?- cuestionó intentando asomarse a la bolsa de ella
-esto...- sacó una llave, era la de repuesto de la camioneta de César
-Gracias- contestó poco animado, por un momento pensó que podría usar la falta de llaves para algo más. Ella intentó leer su respuesta, y la entendió a la perfección, pero al igual que él se encontraba en terreno escabroso, no sabía que decir, que hacer o que sentir.
-¿no la quieres?- preguntó ella sosteniendo la llave en la palma de su mano
-sí, sí, gracias- movió la cabeza queriendo despejar su mente. Cuando tomó la llave y su piel rozó con la de ella fue una sensación muy extraña, primero un escalofrío que lo recorrió completamente y luego una punzada que permitió que algo en su interior se removiera, una necesidad enorme de abrazarla ocupaba cada centímetro de sus ser.
Sus miradas se toparon y el nerviosismo fue evidente
-Bu... bu... Bueno, adiós...- dijo Victoria en un tono casi inaudible, se giró y empezó a caminar al lado contrario
-....Victoria...- dijo César más fuerte de lo que pretendía, no sabía porque la había detenido...

Fin del Flashback

Decidió escribirle; quizás el alcohol, quizás su desesperación, quizás su necesidad, o quizás su dolor. No tenía en claro el porqué pero si el qué.
Tomó su celular que durante la cena mantuvo apagado, quería evitar hablar con vivian, ella había optado por el plan hostigador, le llamaba cada hora y le hacía un interrogatorio exhaustivo. Normalmente podía con eso, pero hoy no, hoy simplemente no.
Abrió la aplicación correspondiente, busco el número de ella, de su verdadero amor y comenzó a teclear:

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