war diary | capitán américa.

06: «Pruebas y ¿una cita?»

A Emily la despierta el quebrar de un vidrio.

Asustada y en alerta se levanta de la cama mirando alrededor, y lo primero que se le pasa por la cabeza es que, quienes fuesen los que anoche intentaron atacarlos, volvieron para terminar lo que no pudieron. Sin embargo, las cortinas siguen cerradas y no hay nadie allí. Su corazón comienza a ralentizarse cuando escucha la voz de su hermano a lo lejos.

Basta con mirar el reloj en la mesita de noche para ver la hora.

Sale de su habitación, no sin antes buscar su hoodie y lavar su rostro para intentar quitar todo rastro de cansancio, y se dirige hasta la salida que la lleva a una cocina moderna y amplia. Allí, está Allen, sentado en una silla apoyado en la encimera, mientras observa a Wanda moverse con agilidad detrás de la barra.

-          Lamentamos mucho haberte despertado, pero Allen dejó caer un vaso. –Eso explica el sonido que la asustó. Ahora se siente tonta por pensar algo que no era.

-          ¿Dormiste bien? –Pregunta su hermano, acomodándose en la silla y apuntando a la vacía que se encuentra a su lado, Emily toma asiento.

-          Así es. Me siento más descansada. –Emily agradece el vaso de jugo de naranja que la muchacha le tiende y cuando le da un sorbo se siente con mucha más energía.

Se siente extraña. Aún no termina de acostumbrarse a ese enorme lugar ni a los súper humanos que andan rondando por el edificio. En cualquier momento siente que podría despertar de esa pesadilla que, justo en este momento, se convirtió en un simple sueño.

-          El doctor Banner quiere verte. –Anuncia Wanda.

Emily murmura un "está bien" y se levanta, terminando su jugo de un solo trago y encaminándose al ascensor. No hay nadie más a la vista y se pregunta dónde estarán. Sabe que ninguno dejó el complejo por órdenes estrictas de Nick Fury y, por supuesto, no cree que aún estén en sus camas.

Pulsa el botón del piso inferior, el número 3, y mira hacia afuera. La vista es mucho más espectacular cuando apenas el sol está posicionado en lo más alto. El bosque sigue pareciéndole atractivo y se asegura de recorrerlo, o por lo menos una parte, cuando el doctor Banner la deje libre.

Se encuentra con un piso vacío. Extrañada se encamina hasta el laboratorio del doctor, cruzando por la sala y llegando a unas puertas de metal con una pantalla digital a un costado. Emily pone su palma y pronto aparece la foto de ella acompañada de una luz verde que la deja entrar. Las puertas se abren y estás revelan a Bruce Banner de espaldas concentrado mirando por un microscopio.

El laboratorio es parecido al del helicarrier, solo que este es mucho más grande y, por supuesto, contiene más material para que el doctor pueda trabajar sin ningún problema.

Cuando las puertas corredizas de cristal se abren, Banner se gira para ver el rostro medio sonriente de Emily. Él de inmediato deja todo lo que está haciendo y se acerca al encuentro de la muchacha.

Ella ya sabe qué hacer.

Se quita las zapatillas y el hoodie para recostarse en una camilla. El doctor Banner llega a ella con una jeringa para sacarle sangre.

-          ¿Cómo amaneciste hoy, Emily? –Pregunta Bruce Banner, acercando a él una pequeña mesa metálica donde tiene alcohol y algodón.

-          Mejor de lo que me sentía ayer. –Ella responde, recordando al instante todos los sucesos desde que dejaron el helicarrier hasta que se fue a dormir. Cayó rendida sobre la cama y no supo nada del mundo hasta esta mañana.

Ella ni siquiera siente el pinchazo, pero dirige su mirada hasta su brazo izquierdo donde el líquido rojizo comienza a salir y a llenar un pequeño tubo. El doctor tiene tres más a su lado.