Inevitable Atracción

Capitulo 19

prototype - Viktoria Modesta

Nápoles, 8:00 de la mañana, hora local

Muy bien he dejado a un lado mi maleta en el living del hotel en el cual nos vamos a hospedar. Salvatore ha dado nombres falsos y pasaportes falsos de igual manera a la recepcionista del hotel.Mis ojos reflejan las ojeras del viaje, y es que prácticamente no pude dormir nada durante ese vuelo. Las imágenes de él y yo en la fría cabaña se revuelven en mi mente.

- No puede ser.. - me alejo de sus brazos y me meto de nuevo a la cabaña.

Vaya idiota.

- ¿Te acabo de confesar que me gustas y me dejas tirado en medio de la lluvia? Menuda mierda Dani.

- Déjame pensar con claridad lo que estoy haciendo con mi vida, Sebastyan y mi padre están preocupados.

- Siempre pensamos en lo que más le conviene a los demás, ¿Cuándo vamos a pensar en los dos?

- ¿En los dos?

- Si en los "dos", no vas a negar que estabas disfrutando lo que acaba de suceder. No soy un crio para no darme cuenta de que querías al igual que yo que estuviéramos juntos.

Muerdo mi labio inferior.

- Sólo quiero dormir, ¿Vale?

Bufa y se acomoda en la silla de al lado.

- ¿Ya estuviste con alguien antes?

Me quedo sin decir nada ¿Acaso el muy idiota piensa que he estado con alguien? ¡De verdad que será tonto!

- ¿No piensas decir nada? ¿Dylan y tú..

- Cállate, no quiero escuchar el nombre de ese tipo. Y no tengo porque ir por el mundo resolviendo dudas acerca de mi vida sexual.

- Daniela, nos han dado la habitación, es la 206.

- Creí que serían habitaciones separadas - le doy la espalda.

- Es una sola habitación, pero tiene dos camas separadas. Técnicamente es lo mismo.

- Da igual - tomo mi maleta en mis manos y detengo el elevador. Salvatore deja este pase de largo y me hace a un lado.

- Lamento lo de anoche.

- Si, eres un genuino idiota cuando te lo propones - lo golpeo en su pecho y él sonríe.

- Me gustas Dani - me da un ligero beso en la comisura de los labios.

- No me vayas a morder.

- Sólo si tú quieres. Subamos a nuestra habitación - vuelve a alejarse de mí y subimos por fin al elevador.

Tomo su mano entre la mía y le sonrío. Es lo más loco que he hecho sin duda en mi vida, pero no puedo negar que el hecho de estar juntos me hace feliz.

- Es aquí - señala el piso cuando el elevador se detiene.

Avanzamos hasta la habitación de lujo que se levanta enfrente de mis narices. Nápoles es bonita en todo su esplendor, jamás había salido de Seattle. Papá me tenía resguardada en casa como una novicia. En vacaciones sólo nos quedábamos en las montañas a acampar.

- ¿Vas a pasar o no?

- Si - aquello se sentía diferente, era una habitación enorme y con una vista hermosa. Era como mi sueño de niña sólo que con un ambiente totalmente diferente al que imagine. Con matones detrás, el cuento de hadas perfecto.. vaya ironía.