joven y consagrado - 2 Timoteo 2.21

171 30 16
                                    


¡Bendiciones!

Muchas chicos se han hecho la pregunta que  si se puede servir al Señor desde joven.
Muchos otros han sentido la necesidad y el deseo de servir a Dios desde pequeños; unos lo logran, otros fracasan en el camino.
Pero muchos adultos juzgan a los jóvenes y los señalan de carnales diciendo y asegurando que un joven no puede servir a Dios por muchos motivos, y uno de ellos es precisamente ese: ser joven.

Como si el ser joven fuera un pecado o excusa para no ser fuerte y no poder agradarle a Dios.

No pretendo juzgar a nadie, solo trato de compartir este hermoso mensaje.

2 Timoteo 2.21
Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

Si leyéramos versículos anteriores nos damos cuenta de que cosas habla, pero yo quiero que te centres en la parte que dice que si alguno se limpia de todas esas impurezas, de todo lo carnal sera instrumento para hacer lo bueno. ¿Quién será instrumento?
¿Acaso dice el adulto que lleva muchos años de experiencia? ¿El siervo que ha trabajado arduamente por años?
¡No! Dice: cualquiera.

Es un niño el que se aparta de lo malo; será consagrado para lo bueno.
Es un joven que se aparta de las cosas de la carne; será consagrado para lo bueno.
Es un adulto que decidió dejar el mundo y volverse a Cristo; sera consagrado.
Es un anciano que quiere cambiar el mal en su ser; sera consagrado para hacer solo lo bueno.

Aclaro que no quiero menospreciar o tratar de decir que los adultos no valen, ¡no! Claro que no.
Solo trato de decir que los jóvenes valemos, que sí somos capaces de cambiar y llevar una vida agradable a Dios, que sí podemos consagrarnos.

Luego:

1 Timoteo 4.12
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.

Que nadie te diga que no vales o que no eres capaz de hacer algo solo porque seas joven. Jesús hoy te está diciendo que sos importante para el.
Así, con tus 13, 14, 15, o la edad que tengas. Eres valioso e importante para el.
Y, en realidad, la juventud es la mejor etapa para servir a Dios porque en esa etapa se forma tu carácter para la adultez, y porque en el joven está la fuerza, la sabiduría, y el vigor para servir al Señor.

La Biblia nos provee varios ejemplos de jóvenes y personas adultas que sí agradaron al Señor.

José fue uno de ellos, ¿recuerdas su historia? ¡Tenia solo 16 cuando fue vendido! ¡16! Y después de pasar por varias injusticias, luego la esposa del rey trata de hacerlo caer provocándolo ¿Qué? ¿Cada mes? ¡Cada día!
Imagínate ser provocado de esa manera cada día, a cada momento. ¿Qué? ¿Acaso vas a poner de excusa que eres hombre o que eres carne para caer en ese pecado?
Un cobarde cede.
Un valiente huye.

José huyo, José se corrió del pecado y prefirió eso antes de fallarle a Dios. ¡Aaah... Pero es que el estaba consagrado!
Pues bien... ¿Qué esperas para consagrarte tú también?

Aveces es mejor correr de la tentación antes de quedarnos a enfrentarla y hacernos los valientes. No sea y en una de esas fallemos.

Huir no nos hace cobardes, sino sabios y prudentes.

Si dejas que el pecado te atrape desde joven, se hacen ataduras que con el tiempo, de tan fuertes que son, detrás de ellas hay huestes de maldad que reclamar derecho y autoridad porque siempre estuviste en lo mismo, y después, de grande sera difícil salir. No estoy diciendo que no saldrás, solo que será difícil.

A alguien que se ha drogado desde joven, le llevara gran trabajo salir de eso, ¿por qué? Porque las potestades de maldad reclaman su derecho, les diste espacio por años y ahora, así por así quieres que se vayan. Eso será difícil. Pero si de verdad te consagras a Dios, no importa lo sucio que estén tus pecados, Dios te hará su hijo y te pondrá el sello del Espíritu Santo.

Que sera fácil aun si Dios ya nos perdonó.
No, claro que no sera fácil, será aún mas difícil porque el enemigo te querrá apartar De Dios. Y aunque todo se vea feo y sientas que ya estas por perder, Dios siempre estará ahí contigo. No importa donde, no importa cuando, no importa como; Dios jamás te va a dejar.

Entonces, somos jóvenes, somos fuertes, somos valientes, somos capaces y, valemos la pena, valemos la sangre de Jesucristo.

¡Dios te bendiga y ánimo! Levántate y sigue en el Señor.



Soy Una Joven Cristiana - Jossadry Where stories live. Discover now