En un beso

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Capítulo 11

~En un beso~

La mañana había transcurrido entre alegatos y algunas risas provocadas por Lucy y Natsu durante todos los relatos; hasta que llegó el momento de cambiar los vendajes (en realidad eran pedazos de tela). Era cierto que el día anterior la rubia lo había hecho muy bien, prácticamente como si fuera una experta, pero ahora que él estaba consciente le parecía la situación más complicada del mundo.

-Natsu, necesito revisar tus heridas. Si no limpio la tela puede ser contraproducente- mencionó una preocupada Lucy.

-Está bien-

La chica pudo escuchar claramente su respuesta pero no se movió ni un centímetro de su lugar. 

-¿Lucy?, ¿ocurre algo?-

-No…-

-Deja voy por un poco de agua-

La joven salió a paso apresurado de la habitación. Sentía su pecho agitado y su pulso alocado, pero no por la rápida carrera que había emprendido al salir. Ella estaba de esa manera por la intensidad del momento. La avergonzaba imaginarse limpiando las heridas de él, la intimidaba saber que la observaría minuciosamente durante su labor. Sabía que habría silencio y que eso la presionaría más, no obstante, a parte de ella, ¿quién podría ayudarlo?

Tomó una gran bocanada de aire, llenando sus pulmones al máximo, después exhaló, dejó salir su tensión y llenó de fuerza sus puños. No podía ser cobarde, no ahora.  Recogió el agua necesaria y se adentró al lugar.

-Natsu, me dijiste que eras un mago de fuego-

-No un simple mago de fuego. Un Dragon Slayer-

-Bien, es tu oportunidad de demostrarlo. Ayúdame a calentar el agua. Servirá mucho-

-Está bien-

Lucy   se acercó a Natsu, lo ayudó a sentarse y a acercarse a una bandeja que tenía en el piso con agua. El joven pelirosado tomó aire profundamente, abrió su boca y dejó salir una gran bola de fuego que casi le da a la chica.

-¡Ah!, ¿quieres tener mayor cuidado?-

-Lo siento, no pude controlarlo del todo…-

-Si no te encuentras bien, no hagas esfuerzos grandes-

-Lo intentaré de otra forma-

-No hagas algo exagerado-

-Ya comprendí Lucy-

-Bien-

Natsu esta vez se concentró algunos momentos cerrando sus ojos. Estando listo los abrió y de sus manos dejó salir una suave llama.

-Lucy, pon la bandeja en mis manos, será más fácil-

Ella sin esperar a que se lo volvieran a pedir, puso la bandeja donde debía y con curiosidad observó su trabajo. El fuego a momentos salía con mayor fluidez de la palma de sus manos, en otros parecía que se iba a apagar. Le parecía muy extraño, ahora estaba segura de que no debía pedirle más favores como ése hasta que estuviera aún mejor. El agua comenzó a hervir, y con sumo cuidado la rubia lo retiró de esas manos cálidas.

-Esto servirá para limpiar las vendas. Gracias Natsu-

-…-

-¿Ocurre algo?- cuestionó ella cuando se percató del repentino cambio de humor del chico. Primero se le veía alegre, incluso algo egocéntrico, pero ahora… era como si estuviera inconforme.

Mi prometidaWhere stories live. Discover now