Capítulo 7

7.5K 628 88
                                    

En cuanto ella cruzó la puerta, se sobresaltó al ver a su esposo leyendo en la sala, él no solía hacer eso

—¿Dónde estabas? —Le preguntó mientras cerrar su libro

—Fuí a dejar las galletas y me quede platicando, se me hizo tarde —Comentó al ver que su reloj que marcaban las 9:45 pm

—¿Te quedaste hablando con los nuevos vecinos? —Preguntó, ella asintió

—Bueno, con el nuevo vecino —Dijo ella y Christopher frunció el ceño

—¿ÉL nuevo vecino? —Preguntó

—Si, él, se llama Zabdiel, vive solo —Contestó

—¿Así que entraste a casa de un hombre soltero, sola?—Preguntó con ironía

—Fui sola, no quisiste acompañarme... aparte no le veo nada de malo —Respondió, Christopher solamente asintió y se dirigió a la biblioteca, ella subió a su habitación y se metió bajo las sábanas, esperando el beso de buenas noches que nunca llegó
Había hecho enojar a Christopher, esa era su manera de castigarla

[>>>]

Ella abrió el buzón para tomar el correo, mientras revisaba con rapidez los sobres, encontró una nueva con su nombre escrito, la guardó entre su falda y su suéter para leerla después, no quería que Christopher la viera 

—Buenos días —Dijo ella al ver a su esposo en la cocina

—Buenos días, cielo —Contestó, ella se quedó un poco sorprendida

—¿Quieres desayunar? —Preguntó ella mientras entraba a la cocina, dejó el correo y sirvió el desayuno

—Esta lindo tu suéter —Comentó él, ella miró su suéter, era totalmente común y sencillo suéter color rosa

—Gracias, a mi tambien me gusta el tuyo —Dijo ella, se sintió un poco tonta al decirlo, era el suéter que ella misma le había bordado cuando aprendió

—Gracias, sigue siendo mi favorito —Comentó, haciendo que su esposa se sonrojara levemente, sonrió hacia él, Christopher lo notó,
Fue entonces que las palabras vinieron a su mente, enseguida se levantó, tomó una servilleta de papel y una pluma que cargaba en el bolsillo, comenzó a escribir

_______ sonrió al verlo, recordaba cuando eran sus primeras citas, si se le ocurría algo, rápidamente buscaba donde escribirlo, por eso en su primera semana como novios, ella le regaló una libreta de bolsillo, donde él pudiera escribir lo que más deseara

Ambos terminaron de desayunar, _______ se dirigió al patio delantero y Christopher en la biblioteca, discretamente ______ sacó su carta y comenzó a leerla

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once,
y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.
Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones
que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y
siento que estás hecha para mí, que de algún modo
me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos
me convencen de ello, y que no hay otro lugar en
donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu
cuerpo. Tu vienes toda entera a mi encuentro, y
los dos desaparecemos un instante, nos metemos
en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo
hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente.
Y hay días también, hay horas, en que no
te conozco, en que me eres ajena como la mujer
de otro, Me preocupan los hombres, me preocupo
yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense
en ti durante mucho tiempo. Ya ves ¿Quién
podría quererte menos que yo amor mío?


Su corazoncito se derritió ante las palabras, adoraba el romance , los podemos y esas cosas sobre el amor.
Se levantaba del pasto, cuando una melodía inundó sus oidos, una voz muy suave y cálida, cantaba cerca, se dió la vuelta y miro a Zabdiel, quién tenía en sus manos una guitarra y cantaba una canción que para ella era desconocida. Se acercó un poco y escuchó atentamente

—Dios, cantas muy bien —Dijo ella cuando Zabdiel terminó de cantar

—Oh, buenos días señorita Vélez, gracias por sus cumplidos —Contestó Zabdiel con una sonrisa

—Tocas muy lindo la guitarra, ¿Donde aprendiste a tocar? —Preguntó, Zabdiel simplemente negó

—Aprendí solo, mirando videos, escuchando los acordes y memorizandolo.

—Una vez también quise aprende a tocar la guitarra, pero mis dedos eran muy torpes, quise aprender a tocar la flauta, pero también era mala para poner mis dedos en los orificios, quise aprender a tocar la batería pero las baquetas nunca se quedaban en mis manos y siempre salían volando, quise aprender a tocar la tuba, pero está era muchísimo más pesada que yo y ni siquiera podía alzarla, después intenté el violín, pero me dió una fractura en el cuello y también intenté el arpa, pero terminé arrancándole las cuerdas, nunca fui buena para las cosas de arte, música o escritura, el creativo siempre fue mi esposo, yo era más... Uy, estoy hablando demasiado, ¿No? Nunca me para la boca, siempre estoy hable y hablé... —Dijo ella con gracia, Zabdiel solo sonreía ante ella, era tan adorable, hasta que una voz interrumpió

—Oye parlanchina si estás hablando demasiado, pero ven, tenemos que salir —Dijo la voz de Christopher desde la puerta de su hogar.

Una y Mil Palabras de Amor ||C.V.&TÚ||CORRIGIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora