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Eddie, Richie y Sonia se encontraban en su primera cena los tres juntos. Un pavo rodeado de verduras de mucha variedad estaba en el centro de la mesa, ninguno de los tres emitía palabra mientras disfrutaba el ave. La televisión estaba encendida en el canal de noticias, había una atractiva joven que no parecía sobrepasar los 25 años anunciando fuertes lluvias el sábado.

Richie se encontraba sentado justo a un lado de Eddie, quién lo miraba de reojo. Extrañamente, le gustaba la forma en la que ajustaba sus lentes constantemente, o masticaba de forma suave su comida. O simplemente miraba la televisión con la mirada perdida. Era un hombre atractivo, y parecía ser más joven de lo que era. Tenía la sombra de la barba creciendole, y su cabello negro azabache estaba alborotado, casi le llegaba a los hombros. El aumento de sus lentes hacía que sus ojos se vieran bastante más grandes de lo que realmente eran, dándole una apariencia cómica.

—¿Estas disfrutando el pavo, Rich?
—Preguntó Sonia con interés, mirándolo con una amplia y amistosa sonrisa.

—Sí, Sonia. Es genial, no recordaba que cocinases tan bien.—Replicó, saliendo de su trance con la televisión.

—Ella lo compró en la tienda de la esquina. —Comentó Eddie.

—¡Edward!

Richie ahogó una risa tomando de su vaso de agua mientras los miraba discutir.

—¡Es la verdad! ¿Si son tan amigos por qué le mientes?

—¡Te dije que dejes de ser un irrespetuoso! ¡Te di otra oportunidad, Edward! ¡No quiero que vuelvas a levantarme el tono de voz, jovencito!
—Ladro la Kaspbrak mayor, Richie podría jurar que vio como salpicaba saliva en la cara de Eddie.

—¿Cuándo dije algo irrespetuoso, vieja loca?—Preguntó, con tono desafiante.

Sonia se puso tan pálida como la ceniza, mirando a su hijo con furia y el rostro sudando, vocifero con todas sus fuerzas.

—¡Vete a tu habitación y no te quiero ver salir de ahí hasta mañana!

Eddie obedeció, casi tan molesto como su madre. Se marchó y tanto Sonia como Richie oyeron el fuerte ruido de la puerta cerrándose.

—Lamento tanto que hayas tenido que presenciar esto.—Se disculpó la mujer, cohibida.—No sé que esta pasando con él últimamente, creo que se está volviendo un rebelde o algo así. Tengo miedo de que sea así, Rich.

—Tranquila, Sonia. Esta comenzando a rebelarse, sí. Es completamente normal, tiene trece años. A su edad todos hacen lo mismo. Se le pasará y volverá a ser un buen chico.—Intentó tranquilizarla Richie, pero pareció que sus palabras la alarmaron aún más.

—Mi Eddie no es como los otros chicos. Y no quiero que cambie, Richie. No quiero perder a mi bebé, no podría soportar eso. —Pronunció esto como si realmente le doliera que su hijo entrara a la adolescencia. Es decir, ¿que pensaba? ¿que sería un niño para siempre? Esa mujer debía creer que había parido a Peter Pan, pero no, Eddie era un chico común y corriente y como todo chico iba a atravesar algunos cambios hormonales, que generarían peleas con su madre. Era más que normal.

—Tal vez sea distinto, pero es inevitable que esto pase. No te preocupes, mañana en la mañana estará de buen humor y se disculpara, lo prometo.

—No lo sé... Te tomo la palabra, pero sigo asustada.

—Sólo trata de tranquilizarte, ¿si?

—Claro. Ya terminé, ¿tú vas a comer más o puedo lavar los platos ya?

—Oh, no. Yo lo haré, es lo menos que puedo hacer para agradecerte que me des hogar. Ve a dormir y prometo que dejaré todo reluciente, como a ti te gusta.

LOLITA━REDDIE.Where stories live. Discover now