Tarot Cards ▸ Remus Lupin [Español]

XX. FELICITY HATES TOAST

     Tras su conversación con Lanelle y Johanna, Felicity había permanecido despierta toda la noche, las ruedas en su mente girando una y otra vez. Remus había mencionado que le gustaba, pero, ¿eso significaba que quería salir con ella? Besarse no significaba ser novio y novia. Esa era una lección que Felicity había aprendido de Hailey y Thorton cuando por error le preguntó a Hailey si habían vuelto a estar juntos cuando los vio besarse. Hailey la había llamado inocente y le dijo que un chico y una chica no tenían que estar saliendo para besarse.

     Ellos volvieron dos días después.

     Así que ahora Felicity estaba sentada en la mesa de Hufflepuff en el desayuno, dejando caer su cuchara en su mazamorra y dejándola hundirse en su tazón. Fiona se había unido a Johanna para desayunar, y su vestimenta Slytherin destacaban en todo el amarillo.

     ―¿Qué sucede, Flick? ―Fiona preguntó.

     ―Por favor, no me llames así ―dijo automáticamente, luego suspiró―. Tengo problemas de chicos.

     Las cejas de Fiona se levantaron.

     ―¿Pensé que tú y Remus habían resuelto todo?

     ―Lo hicieron ―mencionó Johanna, mordiendo un pedazo de tostada―. Flick solo está siendo intencionalmente espesa.

     Lanelle entrecerró sus ojos.

     ―No lo creo. Remus no especificó que eran novios. Creo que está bien que se encuentre confundida y dolida.

     ―¿Qué pasó? ―Fiona, saliendo de su trance, preguntó curiosa. Le dio a Johanna una sonrisa cuando su novia le ofreció algo de mermelada para pasar por su tostada. La interacción tan... amorosa hizo que Felicity quisiera llorar. ¿Por qué no estaba Remus ahí colocando mermelada en su tostada y dándosela? ¿Es que él no quería su tostada? ¿Había algo malo con su tostada?

     ―Remus admitió que le gustaba pero no le pidió oficialmente a Flick que sea su novia. Lanelle piensa que está usando a Flick solo para jugar con ella, pero es Remus jodido Lupin. Lo esperaría de Sirius, pero Remus no mataría ni a una mosca.

     ―Sirius tampoco mataría a una mosca ―defendió Felicity, pero luego se dejó caer en su asiento mientras pensaba en ello―. Bueno, no la mataría a propósito.

     ―Realmente no me preocuparía sobre eso, Flick. Realmente le gustas a Remus. Y para serte sincera, estoy segura de que James, Sirius y Peter le están mandando mierda por no haberte pedido ser su novia. De hecho, podría apostarlo. James y Sirius son inteligentes con chicas.

     ―¿Inteligentes? ―rió Lanelle―. Sirius y Marlene están haciendo Merlín sabe qué y James es obsesivo.

     ―Bueno, eso es un buen punto ―señaló Fiona, incapaz de contradecir las palabras de Lanelle.

     ―Ambas cállense ―siseó Johanna de repente. Felicity parpadeó, sorprendida ante la ferocidad de Johanna antes de que una sombra oscureciera su tazón de mazamorra. Cuando Felicity levantó su cabeza, vio a Remus parado junto a ella, rascando su nuca con una sonrisa en su cara.

     ―Buenos días, Felicity ―dijo tímidamente, como si fuera a regañarlo por algo―. ¿Ya terminaste tu desayuno? Quería hablar contigo antes de clases.

     Felicity podía sentir su cerebro hacer cortocircuito.

     ―Oh. Um...

     ―Ya terminó ―ayudó Fiona mientras Johanna tomaba el tazón de Felicity y lo arrastraba lejos.

     ―Supongo que terminé ―dijo Felicity tontamente, parpadeando ante sus amigas. Tomó su bolsa de dónde la había dejado en la banca junto a ella y comenzó removerse en su asiento.

     ―¿Necesitas ayuda? ―preguntó Remus dulcemente, ofreciéndole su mano. Felicity oyó a Fiona suspirar feliz detrás de ella cuando Felicity tomó la mano de Remus. Querido Merlín, esperaba que su palma no estuviera sudada. Era todo este pensar sobre su tostada y si es que Remus la quería o no. Luego se encontró preguntándose qué quería en su tostada. ¿Era más de mermelada o mantequilla? Giró su cabeza para preguntar cuando encontró que Remus ya la estaba mirando expectante, una sonrisa en su rostro. Sintió sus mejillas calentarse.

     ―Lo siento, ¿qué?

     ―Te pregunté si puedo cargar tu bolso.

     Ella se lo lanzó. Quizá algo fuerte, porque un pequeño "oh" dejó sus labios cuando la bolsa aterrizó en su pecho. Luego, sin esperarlo, giró mecánicamente y salió del Gran Comedor, asumiendo que la seguía detrás.

     Felicity no sabía dónde quería hablar, pero comenzó a dirigirse a una escalera. Él la alcanzó fácilmente, su bolso colgando de su hombro. Su mano colgaba inerte a su costado y sintió sus dedos alcanzar con duda los suyos.

     ―¿Quieres mi tostada? ―preguntó de repente, girando para encararlo.

     Él lucía confundido.

     ―¿Qué dijiste?

     ―¿Quieres mi tostada o solo estás buscando divertirte conmigo? Sé que dijiste que te gustaba, pero podrías haberme estado tomando el pelo porque aún no puedo creer que le guste a alguien como tú. Y Johanna estaba compartiendo su tostada con Fiona esta mañana porque eso hacen las parejas y yo solo no puedo entender qué hay de malo con mi tostada. ¿Es que no la quieres? Y si no lo haces, entonces lo siento, pero no puedo estar solo para que te diviertas. No estoy hecha físicamente para eso. Soy un tipo de chica de tostadas.

     Él la observó por un momento. Y luego, para su horror, comenzó a reír. No era una risa simple como cuando una broma era divertida. Era una risa de doblarse por la cintura y quedarse sin aire. Sintió sus labios temblar pero se negó a dejar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Entonces él no quería su tostada. Él solo había estado bromeando la noche anterior, cuando la había besado y le había dicho que le gustaba.

     Se giró para alejarse, pero su mano atrapó su muñeca. Ya no tenía alegría en sus ojos y de verdad se veía arrepentido.

     ―Lo siento, Felicity. No debía de haberme reído. Eso fue grosero de mi parte. Es solo que... eres malditamente adorable.

     Eso fue inesperado. Sus cejas se alzaron.

     ―No estaba mintiendo cuando te dije que me gustabas. Creo que eres increíble. Sirius y James se pasaron la mañana completa mandándome mierda por no haberte preguntado apropiadamente en la noche, pero estaba tan sorprendido por el hecho que también te gustaba que lo olvidé. Y esa no es excusa, pero no pude evitarlo. Solo estaba embobado por ti. Entonces, ¿quieres ser mi novia? ¿Oficialmente? Me gustaría mucho tu tostada.

     ―¿En verdad quieres mi tostada? ―preguntó Felicity, como si quisiera asegurarse de que Remus sabía lo que estaba haciendo.

     En lugar de responder, jaló de su muñeca para que diera unos pasos hacia adelante. Su brazos, los brazos que la habían sostenido tan tiernamente la noche anterior, envolvieron su cintura. Le dio un suave beso en su frente.

     ―En verdad.

     Una sonrisa soñadora se dibujó en su rostro.

     ―También quiero tu tostada. ―Y con un repentino golpe de confianza, se inclinó y le dio un breve beso en los labios. Lo tomó por sorpresa y un lindo rosado se esparció en su rostro―. Hablando de eso, ¿cómo te gusta tu tostada? Me lo he estado preguntando esta mañana.

     Remus solo rió y la besó de nuevo.