" El tío bueno de Gryffindor"

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Una luz iluminó la estancia y salieron varias personas, Albus suspiro, Cassidy gruño y Matt respingo.

Eran cinco chicos y dos chicas.

— Preséntese— demandó Zeus.

— Soy James Potter, hijo de Harry Potter y miembro de la Orden del Fénix— miró a Albus y se rió— El traidor de mi hermano y sus compinches.

— Cierta el pico Potter, que a ti mi daga se te puede clavar.

— Soy Fred Weasley y también soy miembro de la orden.

El pelirrojo se sentó junto a James.

— Soy Lorcan...

— Y yo soy Lyssnader...

— Scarmander— terminaron a la vez y miraron mal a los chicos.

— Soy Mildred Lewis y miembro de la orden.

— Soy Mike Lennon— hablo un castaño de ojos negros.

— Soy Danna Lewis— hablo un rubia de ojos verdes, mientras tenía su mirada en Albus y este esquivaba la mirada.

— Ya sabemos que estamos leyendo.

— Bien, Artemisa comienza.

Matt aveces me impacientaba, se lo tomó mal, muy mal.

Y yo solo pensaba. ¡Rayos, eres un maldito semidiós de una Diosa, ¿Cómo no crees en los legados y bendecidos de Hecate?

El mencionado la miró mal y todos se rieron.

— Yo también te quiero cariño.

Mike gruño y Afrodita lo miro con una mueca, un amor no correspondido era horrible.

Me moría por decirlo, pero Mamá me miraba en señal de advertencia. Cuando nos dejó a los dos (Albus se había ido a casa) solos, lo mire incrédula y me reí de él.

— Calla — dijo malhumorado, reí de nuevo y el bufó— En ves de mofarte de mi, explícame lo que tú madre dijo.

Gruñi y asentí.

— Hogwarts, tiene cuatro casas, Ravenclaw, que ha decir verdad es la más indicada para ti.

— Es la casa de las ratas de biblioteca— soltó James.

— Mira Potter, no es por nada, pero estás en una sala llena de Dioses y semidioses, mejor calla.

El pelinegro se calló y se encogió en su asiento.

— ¿Por qué?

— Es representada con una águila y es la casa de la sabiduría, inteligencia y creatividad.

Matt asintió conforme.

— Están la casa de las serpientes, mi casa y la de Albus, es la casa de la astucia, ambición, liderazgo y determinación.

— Oh la de los malvados— dijo Mildred.

— Cariño, mejor Cállate— ordenó Piper y está callo, Piper odiaba usar su embrujohabla pero está chica le caía mal.

— No te veo como ambiciosa— murmuró, un poco más bajo y no lo escuchaba, al ver que lo miraba se sonrojo y asintió para que continuará.

Cómo en la sala.

— Que lindo.

— Es más como sed de reconocimiento— le dije— luego está la casa del tejón, lealtad y el trabajo duro.

Cassidy Riddle y el tridente perdido (Pausa)Onde histórias criam vida. Descubra agora