So I'm Gonna Give All My Secrets Away

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Finalmente lunes en la mañana, el frío comenzaba a sentirse un poco en las primeras horas del día. Sherlock caminaba, como todas las mañanas para ir a la escuela, por el camino largo que había trazado hace tiempo, así evitaba las avenidas principales y la gentío que hay en ellas. Por eso siempre salía temprano, también pasaba por la casa de Víctor, pero el siempre salía tarde así que nunca lo veía cuándo salía, nunca caminaba juntos hacia la escuela teniendo una conversación de lo más divertida, como Sherlock había imaginado muchas veces. Entonces recordó su "cita" tendría que asegurarse de que en serio iban a salir y no era una broma de sus amigas, osea que tendría qué hablarle... Era eso o esperar hasta el viernes y no hablarse en toda la semana, eso sería un poco incómodo.

Y ahí estaba, justo en la acera frente a la casa de Trevor, la observó detenidamente cómo hacía unas dos o tres veces a la semana. Las mismas flores, regadas ayer alrededor de las ocho, excepto que ahora parecía que habían sido regadas a las siete y media, a Víctor le gustaban las plantas. El mismo tapete frente a la puerta que dice "Welcome"; ayer por lo visto el perro de Víctor salió tarde a dar un paseo. A Sherlock le gustaba el perro de Trevor.

Tres minutos, Sherlock comenzó a caminar. No debía permanecer mucho tiempo parado ahí si no quería parecer un lunático, y los vecinos no se darían cuenta antes de los tres minutos. La señora Hoffman estaría en el piso de arriba, ocupándose de la ropa rota que la gente le daba para arreglarla. El señor Kaufman estaría limpiando sus armas antiguas cómo hacía cada décimo treceavo día. Y así, todos con sus rutinas y Sherlock con la suya.

Llegó a la escuela, y notó rápidamente las miradas fijándose en él pretendiendo ser discretas; pero hubo algo diferente hoy y él lo supo. Y todos lo sabían, comenzaron a hablar entre sí. Seguramente lo vieron en la fiesta y ahora hacían teorías conspirativas sobre él, una más estúpida que la otra. Nada nuevo realmente, o así parecía. Pero entonces comenzaron a señalar, eso sí era nuevo, por lo general sólo cuchicheaban y se reían de forma indiscreta.

-¡Sherlock!- escuchó detrás de él y unos pasos que se acercaban, corrían hacia él.

"John" recordó Sherlock, la chaqueta.

Antes de que el rubio llegara, Sherlock se volteó extendiéndole su prenda.

-Tu chaqueta, John. Claro, ahora es tuya.

John se sorprendió al principio pero entonces recordó sus deducciones y sonrió.-No me hagas preguntar, adelante.

Sherlock le explicó detalladamente cómo supo que pertenecía a su padre, hace años.

-Sí, tienes razón cómo siempre. Es asombroso.

Sherlock en el fonfo sabía que era asombroso (aunque a la vez era aburrido y hasta obvio), sin embargo que se lo dijeran era nuevo, y lo ponía algo incómodo por no estar acostumbrado. Y también la sonrisa que Watson le daba también lo ponía incómodo (y nervioso), pero a la vez le daba una sensación de calidez.

-Claro, ehm... gracias. Por cierto lamento haberte echado tan a prisa y que dejaras tu chaqueta, sé que es muy importante para tí.

-Sí, tienes razón. Y no te preocupes, fue divertido de todas formas.

Sherlock recordó entonces que habían despertado en la misma cama; eso lo puso más nervioso, pero intentó alejar ese pensamiento. Pero falló recordando la palabra "cita" saliéndo de la boca de Watson, y también recordó a Irene y Molly insinuando que John le gustaba.

-Y dime, ¿tus padres no dijeron nada de...lo que sea?

-N-no, creo que ni siquiera lo sospecharon.

Love Me Like You Do [Teenlock]Where stories live. Discover now