Capítulo III

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Un siglo atrás:

Eran aproximadamente las doce de media noche, cuando una joven de unos 18 años caminaba junto a su madre, por una de las rutas menos transitadas por los vecinos por los supuestos acontecimientos que habían pasado meses atrás como animales muertos tirados a las orillas de la calle, personas desaparecidas por medio del bosque que está en esa ruta, entre otras circunstancias que nadie buscaba pensar en soluciones alternativas, pero a diferencia de todos esas personas que estaban ahí, eran más que sebillos que había puesto uno de los Roswell para atrapar aquel ser que interrumpió la paz del pueblo.

— Madre, ¿esto es seguro? — pregunto la hija a su madre aferrándose a la daga que llevaba debajo de la blusa.

— Tu padre, dijo que no había nada que temer, ellos están por acá.

Los fuertes vientos del invierno azotaban las ramas haciendo que las ramas rechinaran junto con un sonido de terror, ellas siguieron caminando hasta que por medio de un árbol salto un ser indescriptible con una mirada llena de sangre o así le parecía a Luz, la joven cuyo padre la mando a morir se podría decir.

— Pero que tenemos aquí — dijo aquel sujeto de mirada aterradora y voz ronca — Un delicioso manjar.

— No te tenemos miedo — escupió la joven con enojo tanto como miedo.

— Yo no estaría tan seguro — dijo señalando hacia atrás donde su madre salió corriendo por el mismo donde habían llegado — No te preocupes, ella va a morir peor.

Minutos después se escuchan los gritos desgarradores de su madre.

— Eres muy bella para morir — dice el sujeto colocando su mano en la mejilla de ella, la cual ella rechaza alejándose.

— El que morirá, serás tú.

— Siempre los humanos con su nivel de superioridad — dice riendo de manera arrogante — Si supieran que en un dos por tres están muertos, no pensarían así.

— Ustedes fueron los que iniciaron esto…

—Eso es lo que te han creer, querida Luz.

Ella solo se le queda mirando sin responder.

— Mátenlos a todos — grito una voz a lo lejos, una que ella reconocía y una que el odiaba.

— Eres muy linda, pero debo matarte — dice tomándola del cuello así saciando la sed de sangre.

Y así fue como comenzó la guerra de los cazadores matando cada uno de los demonios de la noche hasta acabar con todos o eso creían.

Presente:

Todos los Roswell se encontraban reunidos en el sótano cada uno recién llegado de trabajar, algunos con noticias sobre el caos que es afuera.
Cada pasa o tiempo que transcurre teniendo al enemigo afuera es peligroso para la especie mundana.

Los Roswell no solo atrapan a los licántropos sino toda aquella especie que sea peligrosa, ahí entran los demonios de la noche con afilados colmillos perfectamente fáciles para matar a su presa, aunque a veces no los matan solo la transforman en uno de ellos.

— Solo ha habido un asesinato — dice uno de los abogados que trabajan para Darío—. Y un testigo que está en estado crítico en el hospital.

— Eso quiere decir que acaban de llegar o ya salieron a la luz—  dice otro.

— Eso no es algo para tranquilizar— dice Darío —. Hay que acabar con ellos lo antes posible.

En el piso de arriba se encuentra todo en completo silencio, Damián esta cenando mientras que la joven del bosque se encuentra durmiendo en la habitación.

Y muy lejos de la mansión Roswell, está el clan Ivanovic hablan del suceso, los vampiros han roto el acuerdo que habían hecho con el clan, el del cual no matar a los humanos, por el simple hecho de que los cazadores empezarían atacar a todas las especies y eso significa peligro.

— ¿Qué debemos hacer? — pregunto uno de las betas de la manada.

— Buscaremos refugio — dijo Victor Ivanovic — Nuestra gente no está segura en este bosque.

El dolor de la pérdida de su hija aun yace en Victor, pero no puede correr el riesgo de perder a su manada por una hija que tal vez no recuerde a su familia.

—Reúnan a cada una de sus familias- agrega — Llévenlas al gran cañón, de ahí tomaremos rumbo hacia el clan de los Becker.

(…)

Pasadas las dos de la mañana un grito agarrador despierta a los inquilinos de la mansión y de una vez toman sus armas para atacar ya que sea la presencia de algún mal.

Pero solo es la joven cuyo nombre no recuerda, la magia de la amnesia está perdiendo los efectos de sedantes, es algo que se les da, ya que, a la hora de hacerlo, hace que el cuerpo empiece a debilitar entrando en un estado como de anemia, eso también hace que algunos huesos retomen sus lugares y que su memoria cambie.

Ella ya está pasando por la etapa final donde solo queda saber si sobrevivirá o morirá. El primero que llega a verla es Damián vestido con un pijama y una cara de soñoliento, atrás lo acompaña su padre con un rifle en mano.

Damián se acerca a la cama, pero así mismo es jalado por su padre para atrás.

— Es peligroso — dice mientras mira a la joven en forma de ovillo — No sabemos si puede atacar o algo así por el estilo.

— Solo es un simple humano.

— No del todo, Damián— dice su padre bajando el rifle — Aun puede tener los rasgos, pero a mi suposición está en su etapa final.

— ¿Etapa final? — pregunta muy confundido Damián.

—Es la etapa donde pasa lo siguiente, vive como una de nosotros o simplemente muere.

Entre medios de gritos desgarradores y potentes dolores, nació una nueva joven cuyo nombre será Aurora, tal vez sea la salvación de los Roswell o su perdición.

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