III

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El inframundo ya no parece tan terrorífico para MinSeok, el hijo del dios YiXing, descubre que JongDae no es un dios malo como todo el mundo lo pinta. Siempre les pide a sus tres jueces por favor sean justos con los muertos que llegan al Hades, lo que menos quiere es que almas inocentes sean torturadas. MinSeok observa con una gran sonrisa las acciones de JongDae, siempre preocupado por el inframundo. Esa tarde se encuentra con Cerbero, lo llena de caricias, el perro de tres cabezas y cola de serpiente es muy tierno, solo se porta mal cuando las almas quieren regresar a la tierra.

—¿Crees que me terminaré casando con JongDae? —MinSeok le pregunta a Cerbero, el perro solo ladea su cabeza.

JongDae se encuentra con MinSeok a mitad de los campos elíseos, MinSeok no ha dejado de visitar los campos, cada vez más se siente en casa. JongDae lleva su corazón en la mano, espera que esta vez el hermoso dios acepte sus sentimientos.

—¿Podría tener el honor de acompañarte hasta que decidas ir a tus aposentos? —JongDae pregunta mientras intenta que las palabras no tropiecen en su boca.

MinSeok se siente totalmente halagado, le regala una sonrisa.

—Me agrada mucho su compañía —MinSeok ya no puede negar los sentimientos que JongDae le provoca, no puede mentirse así mismo.

JongDae esta vez se siente motivado. Ellos están rodeados de flores, de mariposas brillantes que iluminan su camino. Los pasos son lentos, ambos se sonríen cuando sus hombros chocan. MinSeok se sonroja y baja la mirada, su corazón está latiendo muy deprisa que apenas y puede creer lo que siente. Quiere que JongDae le tome de la mano y la bese reflejando sus sentimientos en ese toque de labios contra piel.

—¿Ya no te provoco miedo? —JongDae preguntó con una sonrisa divertida en sus labios.

—Lamento haberte ofendido con eso, la gente ni los dioses suelen hablar bien de ti, yo me dejé llevar por ellos —MinSeok detiene sus pasos.

El dios del Hades también frena en seco sus pasos.

—No te preocupes, es algo que acepté el día que se repartió el mundo, ese mismo día supe que nadie querría al dios del inframundo, ¿quién quisiera la oscuridad y la muerte en su vida? —JongDae cuestiona a un MinSeok que se ve afligido por las interrogaciones —. Es obvio que nadie.

MinSeok entiende que JongDae ha estado mucho tiempo solo, que necesita un compañero en su vida. MinSeok se siente mal por toda la vida solitaria que ha llevado ese dios. Si anteriormente pensó que JongDae estaba loco por el rapto ahora no hay ningún rastro de algún sentimiento de rencor. MinSeok no sabe cómo, pero se ha enamorado profundamente de JongDae. Tal vez sus buenos tratos, su forma de hablarle, las citas improvistas que han tenido, se han conocido mucho con tan solo caminar en los campos elíseos hasta los aposentos de Min.

Sin darse cuenta llegan hasta la habitación de MinSeok.

—Nos vemos mañana —MinSeok entra a su habitación.

JongDae pone una mano en la puerta impidiendo que sea cerrada.

—¿Pudiera entrar a su alcoba? —JongDae siente que ya no tiene el autocontrol.

MinSeok sabe a lo que se refiere.

—Por favor, ten piedad de mí —JongDae toma la mano de MinSeok. El dios del inframundo le suplicaba.

—Prometió que no me violentaría —MinSeok no está asustado.

—Y eso es jamás haría, pero cada vez que lo veo, es inevitable no sentir una llama en mi cuerpo que... —las mejillas del dios menor se mantienen en un tono rosa —. Al menos, le pido que me otorgue un beso.

Hades || ChenMinWhere stories live. Discover now