boyfriend; kian lawley (libro 1)

Capítulo 09

Narrador

La mañana había llegado y como consecuencia un nuevo día de instituto. Dylan se levantó antes de que la alarma de su despertador sonara y se metió a la ducha. Ese día se sintió feliz. Tenía la esperanza de que Kian por fin cambiara, aunque solo un poco. Ella no quería hacerlo cambiar, pero si tan solo pudiera mejorar aunque sea un "poquito" su temperamento de novio obsesivo y celoso todo sería perfecto.

Salió de la ducha envuelta en una toalla. Abrió la puerta de su clóset y miró con duda este. Después de quince minutos viendo que se pondría, decidió por unos shorts ligeros blancos y una polera negra a tirantes, para encima cubrirse con una camisa delgada a cuadros rojos y verdes. En sus pies, usó sus amadas vans rojas. Tomó su bolso que reposaba sobre su escritorio y metió un par de cuadernos en él, tomó es celular y salió camino a la cocina.

Al llegar ahí, tomó un vaso de jugo de arándanos y se preparó una tostada con manjar de chocolate. Tomó sus llaves y salió de casa marcando el número de Connor para avisarle que lo pasaría a buscar para irse juntos al instituto.

(...)

Por otra parte, Kian se levantaba a regañadientes de su cama, llevándose una mano a la cabeza. "Maldita jaqueca" se quejó el muchacho. A pesar de lo ebrio que estaba la noche anterior, recordó con una sonrisa lo que había sucedido anoche con su novia. Ella lo había perdonado. "Espero que no la vuelvas a cagar, Lawley" se susurró a sí mismo, mientras tomaba una toalla y se metía al baño.

(...)

Kian esperaba a su novia, apoyado en su motocicleta mientras se fumaba un cigarrillo. Tenía los ojos levemente cerrados y le dolía la cabeza gracias a la fuerte jaqueca y el alboroto de algunos estudiantes. Se agradecía mentalmente por haberse puesto anteojos de sol, ya que tenía un dolo de cabeza de los mil infiernos. Le dio la última calada a su cigarro, cuando escuchó la peculiar risa de su novia a unos escasos metros detrás de él. Una sonrisa se formó automáticamente en su rostro y se giró para verla. Pero su sonrisa desapareció al darse cuenta de lo que veía.

Su novia venía animadamente hablando con Connor. Él le estaba diciendo alguna que otra cosa a Dylan, que la hacía soltar carcajadas al aire. "Nada de qué preocuparse"  pensó Kian, pero cuando se comenzaba a tranquilizar, visualizó a su no tan amigo Sam que se acercaba a su novia. Los celos enfermizos del castaño comenzaron a revolucionarse sin permiso en su interior. Formó un puño con sus manos dejando ver sus nudillos blancos por la presión. Exhaló el aire contenido, tratando de botar un poco de tensión, pero no lo consiguió. Sin pensarlo más, se acercó decididamente a su novia.

Llegó a ella con una sonrisa un tanto fingida. Dylan al ver a su novio, sonrió aún más, pero al ver a Sam acercarse se tensó por completo.

—Hola, Dylan—saludó el recién aparecido. —Lawley—le dijo el chico mirando al castaño con disgusto en su rostro.

—Hola, perdedor—respondió Kian con satisfacción a lo que el muchacho solo bufó. —¿Nos vamos, nena?

—Claro—sonrió la chica, pasando el brazo por su espalda y comenzando a caminar.

(...)

Pasaron tres días. Para ser exactos, tres días en los cuales Kian mantuvo su temperamento totalmente controlado. Dylan, al ver el esfuerzo que hacía su novio en controlar su actitud, se sentía realmente feliz y satisfecha al darse cuenta que él estaba haciendo un gran esfuerzo por cambiar. Entró al aula de Ciencias, pensando en el cambio que había tenido su novio y se sentía plena y contenta. Pero eso no puede durar para siempre.

—Duró mucho para ser verdad. —Susurró la chica, al ver la escena que se desataba dentro del aula.