Capítulo 32

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Narrador

Después de unas horas más de conversación, Trevor se dispuso a partir hacia su casa y Dylan quedó rodeada por el silencio que inundaba su casa. Se volvió a sentar en el sofá y en el momento en el que iba a tomar el mando de la televisión, el anillo en su dedo anular golpeó contra este. La castaña sonrió inconscientemente y llevó su mano derecha hasta el pequeño anillo. Se preguntó que estaría haciendo Kian en ese momento. Quizá estaría bebiendo un poco de cerveza junto a Ricky, o estaría viendo televisión mientras fumaba un cigarrillo, o… Dylan sacudió su cabeza, reprendiendo todos los malos pensamientos que comenzaban a inundar su mente. Kian ya había dejado los malos pasos, y ella confiaba en él.

Dylan se acomodó nuevamente en el sofá y sacó su teléfono celular. Buscó el número de Kian. Primer timbrazo, segundo timbrazo, tercer timbrazo, nada. Dylan soltó un bufido y llamó nuevamente. Primer timbrazo, segundo timbrazo, tercer timbrazo, cuarto timbrazo, Kian contestó.

―¿Hola? ―habló con voz ronca―¿Dylan?

―Uh.. Hola―titubeó un poco nerviosa―¿Cómo estás?

―Mhm, bien. ¿Y tú, nena?

―Bien. Hey, Kian…te llamaba para…―Dylan oyó como exhalaba el humo del cigarro por el otro lado de la línea y rodeó los ojos. Odiaba que Kian fumara, pero era un vicio que ya no podía quietarle de encima―. Para preguntarte si podías venir a casa. Esto… bueno, estoy sola y un poco aburrida.

Kian guardó silencio por unos segundos. ―Vale―dijo, y cortó.

Dylan frunció el ceño y miró la pantalla de su celular. “Me cortó” susurró para ella misma y negó con la cabeza. Realmente, no le sorprendía en lo más mínimo que el moreno le hubiera colgado así. A él ni siquiera le gustaba que lo llamara, ¿por qué? Ni siquiera ella lo sabía.

Caminó hacia la cocina y abrió el refrigerador y sacó una caja de leche con chocolate. Se sirvió un poco y cuando estaba por tomárselo, el timbre la interrumpió.

―Vaya, sí que es rápido―. Dejó el vaso en la encimera y se dispuso a caminar hacia la puerta.

Abrió la puerta con una sonrisa en el rostro, la cual desapareció al instante en el que reconoció a la persona que estaba frente a ella.

―Hola…

―Hum…. Hola, Sam. ¿Qué haces aquí? ―Dylan tragó duro y sus manos comenzaron a sudar inconscientemente. Sam estaba en la puerta de su casa y de seguro Kian no tardaría en llegar

“Mierda.”

boyfriend; kian lawley (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora