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Era casi media noche, y Eunji seguía en la sala preparando un par de cosas para el día siguiente que fuera al sanatorio.

—Solo espero que tú quieras cooperar— murmuró, refiriéndose a Hyuk; ella necesitaba saber más de él si quería ayudarlo...

—Llegaste más tarde de lo habitual, y aun no vas a dormir— comentó su padre con seriedad, al tiempo que ingresaba en la habitación y se sentaba frente a ella.

—Regresé más tarde porque me tocó hacer las galletas para mañana, y esas deben hacerse los domingos por la noche— explicó la chica mientras hacia algunos trazos con ayuda de una regla —; y con respecto a lo otro, ya casi termino; son un par de cosas para mi paciente; él no habla, así que si acepta que lo interrogue podrá responderme señalando la figu...—

—¿Cómo que no habla?— la interrumpió el señor Kang desconcertado.

—Tiene un trastorno de estrés postraumático bastante arraigado, así que no habla por lo mismo... Deberías verlo, tiene miedo todo el tiempo; está tan asustado que no permite que nadie se le acerque, y se sobresalta con ruidos fuertes, además de que no le gusta que lo observen demasiado... Pero el viernes se acercó a mí para mirar las nubes, así que creo que confía en mí al menos un poco—

—Supongo que le das seguridad— comentó su padre, para después fruncir ligeramente el ceño —¿Y no va a visitarlo nadie?—

—No, hasta donde el personal del sanatorio sabe, él no tiene familia... ¿Por qué?— inquirió la castaña desconcertada.

—Bueno... ¿Se te ha ocurrido que quizás él estaba secuestrado?— preguntó el señor Kang, y Eunji no pudo evitar abrir los ojos al tope.

—¿Secuestrado?—

—Sí, dices que no le gusta que se le acerquen demasiado y que se sobresalta con facilidad; eso podrían ser signos de que fue torturado; y si no es de Seúl, entonces eso explicaría por qué no está entre los desaparecidos. — Respondió el hombre con aire pensativo.

—Vaya, de verdad no se me había ocurrido... Gracias— dijo la castaña sorprendida, al tiempo que anotaba eso en su bloc de notas.

—Por nada, aunque la realidad es que espero estar equivocado— comentó su padre, recargándose en el respaldo del sillón, y ella solo se limitó a asentir.

—Oye— lo llamó, después de un momento —, no es que me moleste tu compañía, pero mañana tienes que trabajar, ¿Qué haces despierto?—

—Quisiera hablar contigo. — Respondió él con simpleza.

—¿Sobre qué?— preguntó Eunji desconcertada.

—Taekwoon; ese chico me cayó realmente bien—

—Lo sé, si no te hubiera caído bien le habrías dado una paliza— respondió ella sonriendo, pero su expresión cambió en cuanto se percató de que su padre la miraba con atención.

—¿Y tú? ¿Qué piensas de él?— inquirió, y la castaña no pudo evitar arquear ligeramente las cejas.

—Pues... creo que es un gran detalle que se haga el tiempo para ayudarme con anatomía— dijo con cierta inseguridad, definitivamente no le gustaba el rumbo que la conversación estaba tomando.

—Claro, no cualquiera deja sus ocupaciones para ayudar a otros. — Comentó su padre asintiendo —Pero ambos sabemos que no es lo que te estoy preguntando—

—No sé qué es lo que esperas que te diga— replicó Eunji, comenzando a ponerse a la defensiva —. Parece un buen tipo; es muy serio pero eso no quita que sea agradable y atento; es divertido... ciertamente creo que podríamos llegar a ser buenos amigos—

Voodoo dollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora