Epílogo

105 12 37
                                    

Un año después...

Jin:

—Hola Jaehwan, pasa. — Saludo en cuanto abro la puerta, y una vez que el cobrizo le da un saludo rápido a mi madre, ambos subimos a mi habitación —¿Ya has estudiado algo?—

—Sí, pero de verdad no logro entender nad...— comienza, pero al entrar al cuarto se detiene en seco y fija su vista en el escritorio.

—¿Qué pasa?— pregunto desconcertado.

—Nada, es solo que ver uno de estos aún me pone nervioso— responde Jaehwan, acercándose al mueble y tomando con cuidado mi pequeño muñeco.

—Ah diablos. Lo lamento, de verdad olvidé guardarlo— comento apenado, acercándome también —; pero en realidad no tienes razones para preocuparte, soy yo después de todo—

—Lo sé— contesta mi amigo, sonriendo ligeramente —; aunque para serte honesto después de lo que te ocurrió en Haití no creí que lo conservarías. —

—La realidad es que sí quería deshacerme de él, pero fuera de que le prometí a Nivard que lo mantendría conmigo, sabía que me lo había dado por alguna razón en específico; recuerdo que luego de explicarme que era para protección dijo que me sería útil— comento en tono pensativo.

—Bueno, quizás tuvo algún presentimiento, o algún sueño profético en el que vio algo de lo que sucedió hace un año; ambos sabemos que él no puede quedarse de brazos cruzados cuando alguien necesita ayuda— responde Jaehwan, dejando el muñeco y tomando la fotografía en la que estamos los tres —; ya ves, hasta se las ingenió para enviar a su madre al sanatorio para que ayudara a tu paciente—

—Y vaya que fue útil— digo asintiendo —; Haeri pudo recuperar el control de su vida gracias a que ya no ve ni oye a los seres de la sombras, y debido a lo mismo la medicación que le dan ya funciona y puede mantener a sus otras dos personalidades a raya—

—¿No la han dado de alta?—

—Bueno, dejé de ir este semestre porque el proyecto concluyó el pasado, pero hasta donde sé todavía no puede reintegrarse a la sociedad, sigue en observación. Aunque su doctor quedó fascinado con la mejoría que tuvo desde que fue la madre de Nivard a verla— explico con serenidad y el chico frente a mí asiente.

—¿Nunca quisiste ser como ella?— pregunta de repente, pero yo niego con la cabeza.

—No, la idea de tener desorden de personalidad me parece más bien aterradora...—

—No seas... Aish, hablo de la madre de Nivard zoquete— me corta Jaehwan, poniendo los ojos en blanco y provocando que yo comience a reír.

—Ya entiendo, pues... antes la idea me parecía genial, pero la realidad es que no quiero tener que lidiar con los seres de las sombras otra vez, así que me quedo con mi profesión de médico— contesto con seguridad, para luego voltear a verlo —¿Tú no contemplaste estudiar ocultismo antes de volver a aplicar para medicina? Apuesto a que se te daría muy bien—

—¡Ja! Mi contrato con el vudú y ese tipo de cosas terminó el mismo día en que salimos de esa maldita casa... Aunque viendo cómo estoy batallando con medicina quizás sí debí considerarlo— responde con un resoplido, al tiempo que se deja caer pesadamente en una de las sillas frente al escritorio.

—Oh vamos, apenas es el segundo semestre, no puedes quejarte aún—

—Inmunología me está matando— dice con obviedad y yo ruedo los ojos.

—No te está matando porque no estás a punto de reprobarla...— comienzo, pero Jaehwan me interrumpe.

—Pero es porque tú me has estado ayudando a estudiar...—

Voodoo dollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora